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UN CUENTITO PARA LOS JUECES

Ya me había comido seis meses recibiendo violencia, agresiones y mentiras, recibiendo escusación tras escusación y frente a un plantel de unos 10 "obreros" y personal de seguridad de una empresa que defendían "la mansión del juez"; un domingo de mañana, el 30 de septiembre de 1991, teniendo de visita a mi madre venida de Bs.As, decido ponerle fin a la actitud de esperar a los jueces, que ya habían demostrado por demás, y en cuanta oportunidad tuvieron, su absoluta parcialidad para con "su par" y su total adhesión a los procedimientos y actitudes del "señor juez", así, le pongo punto final a esa hipocresía que los caracteriza. Cansado ya de tanta indecencia.

Escribo una carta de introducción y les mando un cuentito, juzgado por juzgado, confrontándome definitivamente con Todo el Poder Judicial de Mar del Plata.

Le transcribo el cuento:

Mar del Plata 30 de septiembre de 1991.-

V.S.

En la introducción que nuestro pensador Ortega y Gasset hace al mundo occidental de las obras del Premio Nobel de Literatura 1913, Rabindranaz Tagore, en la edición de Editorial Aguilar, el filósofo enseña, si mal no recuerdo:

"Dios perdona al hombre hasta que este vuelve a encontrar su infancia".

¡ Brillante !

Respetuosamente

Dr.C.P. Mauricio J.Yattah

En el País de Nunca-Jamás
Parábola para niños grandes

Niños, os voy a contar un cuento...

Había una vez en el país de Nunca-Jamás un señor muy bueno que se había radicado en una ciudad que llamaban La Ciudad Feliz. Este señor que no era tan grande, sino más bien normal, algo gordito y muy muy dicharachero, había sido un Trotamundos, y habiendo escuchado en una de sus andanzas por el otro lado del mundo, en un país que los grandes llaman el Imperio del Sol, que existía un otro país que se llamaba El País de las Ilusiones y de la Esperanza, quedó maravillado.

Este inquieto Trotamundos agarró su mochila y fue en busca de este nuevo país. Cuando llegó preguntó en que lugar la gente era más feliz... y todo el mundo le dijo que se fuera a La Ciudad Feliz.

Es así como este señor hace algunos pero no tantos años, se radica entre nosotros. Comienza, para ganarse el sustento, a enseñar una lengua que se habla en todo el mundo pero que por esas cosas de los Humanos todo el mundo enseña al revés. El, nuestro feliz Trotamundos, enseña la lengua al derecho, así como nuestro Tata-Dios nos enseñó el castellano.

Donde enseña todo es alegría y diversión, todo son risas y amor, todo es buena voluntad y desprejuicio.

A su casa va gente grande de caras preocupadas, amargados y serios y como por arte de magia, cuando nuestro Feliz Trotamundos les empieza a enseñar, esta gente triste cambia su semblante y radiantes y felices vuelven a encontrarse consigo mismos, vuelven a encontrarse con Dios.

Algunos dice que es un brujo, otros dicen que está loco, otros dicen que es un enviado de alguna secta. Pero niños, vosotros debéis siempre seguir el dictado de vuestro corazón, y veréis como el Señor Tiempo destruye los malos dichos y las malas lenguas.

Para no andar en malos dichos y en malas lenguas y que el Señor Tiempo Destruya Vuestras Vidas hacíendoos hombres grandes preocupados, tristes y amargados debéis siempre, siempre Decir la Verdad.

Ahora, resulta que junto a su casa de Chocolate y Miel, en donde todo era alegría, había un gran palacio desocupado, un palacio que había pertenecido a un señor muy muy muy bueno y muy muy muy trabajador, que había llegado a tener hasta más de 60 nietitos y bisnietitos. Este señor había llegado hacia tantos años como no me acuerdo de, también el otro lado del mundo, unas comarcas llenas de montañas de arena que se llama El País de los Beduinos.

Este señor, siendo muy inteligente, le dice a sus hijas: - "ni plata ni riquezas os dejaré, ya que la codicia podría entrar en vuestros corazones, y si ésto sucede, la codicia os destruirá. En vez os voy a construir una casita para cada una de vosotras, en donde la alegría de mi gran palacio seguirá vibrando y haciendo las delicias de mis tantos nietitos y bisnietitos."

Es así como el señor de Arabia, les construyó 5 lindas casitas a sus cinco princesitas.

Una de Chocolate y Miel, que es la casa de nuestro querido Trotamundos, otra de Almendras y Avellanas, otra de Chocolate Blanco y Castañas de Cajú, otra de Dulce de Dátiles y Pistachos y la última de Merengues con Dulce de Leche. Todo hecho con mucho mucho amor.

A pesar de ésto los esposos de las lindas princesitas, se pelean por lo que nuestro buen señor había tan inteligentemente planeado. Y es así como dos de ellos, los más ricachones, se quedan con el palacio.

Un día, sin saber nuestro Feliz Trotamundos lo que iba a suceder, pasan por frente a su casa dos "supuestos ángeles", en realidad diablos malos y feos, un machito y su hembra, que al ver el palacio desocupado, triste, abandonado y En Venta deciden comprarlo para hacer de las suyas.

¡ Pobre nuestro Feliz Trotamundos, tan alegre y despreocupado ! ¡ Tan lleno de vida y de ilusiones ! ¡ Nunca se hubiera esperado lo que le va a suceder !

Escuchad... Sh... Sh... y prestad mucha atención.

Resulta que estos dos diablos muy muy muy malos y feos, compran el palacio abandonado a los señores ricachones esposos de dos de las princesitas. Pagan por el palacio una parte en efectivo y el resto con Muchas Mentirillas, tantas mentirillas que los dos ricachones no se las creen.

¿ Sabéis vosotros que a los daiblos malos no se les puede creer nada ? ... Bueno ... Ahora lo sabes. Un consejito de amigo es: nunca nunca creas en las palabras que vienen solas. Solo cree en las acciones y en las palabras que vienen acompañadas de acciones de gente que cuando la miras sabes que es buena y sabes positivamente que no vienen disfrazadas de buenas.

Exactamente ésto es lo que le pasó a las Gentes de la Ciudad Feliz.

Pasó que hace muchos años un señor que nadie sabe quien fue, mandó a La Ciudad Feliz, a un impostor: para que sepas, impostor es alguien que parece pero que no es realmente lo que parece. Este impostor vino de otra ciudad que lleva el nombre de un Santo que se llama Isidro, en esta ciudad hay un lugar en donde en un edificio muy grande hay señores vestidos con togas negras hasta el suelo y todos, sin excepciones, usan unas barbas muy muy muy blancas y puntiagudas que llegan casi hasta el ombligo.

Estos señores, y aquí está el secreto, tienen esas barbas blancas de verdad, pero otros... tienen esas barbas postizas, es decir que se disfrazaron de señores con togas negras y de barbas blancas, pero en realidad son diablos muy muy malos y muy muy feos, que engañan a las gentes y les hacen mucho mucho mal.

Hacen tanto mal porque quieren comerse ellos solos las casitas de chocolate y miel, las casitas de nueces y avellanas, y todas las casitas tan ricas que todos los señores y señoras buenos hacen para que sus hijitos, nietitos y bisnietitos puedan vivir felices y contentos dentro de ellas sin preocuparse del frío de las noches ni mojarse en los días de lluvia.

Entonces, este señor, manda a un impostor a nuestra Ciudad Feliz, y le dice que Haga de las Suyas. Este impostor comienza a hacer su trabajo poquito a poco. Pero después sigue haciéndolo muchito a muchísimo más.

Al principio se preocupaba porque el disfraz lo escondiera, cuidando su toga negra y cuidando su blanca barba, pero con el tiempo, viendo que había también otros impostores, tal vez muchos muchos muchos impostores mandados a hacer el mismo trabajo, ya no se preocupó de su disfraz y alegre y despreocupadamente hacia maldad tras maldad, robándoles las casitas a gente buena, comiéndoles de un tarascón lo que la gente había con tanto esfuerzo y sacrificio construido.

Este Diablo Malo, como recordaréis, tenía a su hembrita, que también despreocupadamente andaba por la ciudad en un carro rojo brillante, yendo y viniendo, buscando y buscando a quién embromar, a quién robar. Esta hembrita era un diablo malo muy muy codiciosa, y muy muy mentirosa. Tan codiciosa y mentirosa era que aún siendo muy joven tenía arrugas de bruja y caminaba como un hombre, a pesar de ser una mujer.

¡ Ah ! ¡ Pero que descuidado soy ! ¿ Aún no os he dicho los nombres de estos malditos diablos malos ?

Bueno... ésto también es como un cuentito aparte, porque estos diablos malos son tan pero tan malos que la gente en vez de darles un nombre y un apellido como a todos nosotros, nombre y apellido que se pronuncia de una sola vez, para no nombrarlos los obligaron a separar sus nombres y repetirlo en dos veces. Cuando alguien les pregunta su nombre a estos dos diablos malos ellos solo pueden decir la primera parte de su apellido, la última parte de su apellido la dice la gente que los rodea. Esto lo hizo el Tata-Dios como una maldición y para que todos los señores y señoras buenos de la Tierra sepan que hay dos impostores entre ellos.

¡ Nunca dejéis vosotros que vuestros nombres sean separados ! ¡ Siempre cuidad bien bien vuestros nombres y apellidos ! Y para hacer ésto no hay mejor cosa que portarse muy muy muy bien, nunca decir mentiras y nunca hacerle a otros niños lo que no os guste que os hagan a vosotros.

Es así como cuando al machito malo le preguntan su nombre este pobrecito dice tartamudeando: Borra... Borra... Borra..., y el resto de la gente corea Zás... Zás... Zás. O cuando se aparece la hembrita mala y fea y le preguntan su nombre ella, pobrecita, solo tartamudea: Pris... Pris... Pris... y el resto de la gente corea Puta Puta Puta.

¡ Nunca dejéis que separen vuestros nombres ! ¡ Sería una vergüenza !

Siguiendo con nuestra historia, resulta que cuando esta pareja de diablos malos se adueñó del palacio, sin saber nadie nadie de dónde habían sacado la plata para pagarlo, pero sabiendo todos todos de dónde la habían sacado, traen a otros diablos obreros para que los ayuden en sus maldades. Estos diablos obreros, en el fondo eran buenos, pero muy en el fondo, pero hacían cosas malas, decían, porque cumplían órdenes,¿ qué ridículo no ? hacer cosas malas porque otros lo dicen. Los diablos de todo el mundo lo llaman: obiediencia debida, ¡ no os parece realmente ridículo ?

Es así como por un tiempo, y sin que su buen vecino, nuestro Feliz Trotamundos, se percatara, ellos disfrazados hacían de Buenos Vecinos. Pero , como después otras personas buenas lo declararon, en realidad todos estos ángeles vecinos del Feliz Trotamundos, solo estaban complotando...

¿sabes qué ? Adivina.

¡ Echar a nuestro Feliz y Alegre Trotamundos y a su Madre de la casita de Chocolate y Miel que habían recibido del señor muy bueno, que había sido el abuelito del Trotamundos !

Los "ángeles impostores" vecinos, un buen día destruyen de una sola vez, el cerco que separaba la casa de Chocolate y Miel del Palacio, otro día tiran abajo y arrancan los árboles, otro día entran en la casa del Trotamundos, ya perturbado, y roban las cosas que él más quería, otro día entran con palas y le hacen una zanja a todo lo largo del jardín.

Nadie de los vecinos buenos lo podía creer. ¿ Cómo podía ser ? ¿ Qué estaba pasando ?

¿ Serán todas las barbas blancas falsas ?

¿ Serán todos esos señores muy muy muy serios hombres de verdad ? ¿ Será ese edificio muy muy muy alto lo que representa ?... ¡ Nadie lo sabe ya a ciencia cierta !

La Ciudad Feliz de repente fue un Infierno; pero algo quedó en claro, ya que ahora todo el mundo sabía quiénes eran los diablos malos, ya que con su accionar y mentiras se les cayó el disfraz y nunca más pudieron escapar a que se los viera a cara limpia, aunque sus caras estaban muy muy muy sucias.

Como última maldad, cuando después de quejarse y llorar y suplicar nuestro Feliz Trotamundos y su Madre consiguieron que alguien los escuchara, resulta que la noche anterior a cuando lo van a llamar al Diablo Malo para que declare ante otros señores y señoras muy majestuosos y mucho más serios que los señores de barbas blancas, un Alguien le quema el coche al Feliz Trotamundos. ¡ Qué Casualidad ! ¡ Qué Casualidad !

Y es así como de un mundo lleno de felicidad y dicha el mundo del Trotamundos se transforma en un mundo de luchas y de problemas.

Pregunto: ¿ Estáis vosotros dispuestos a ayudar a nuestro desdichado Trotamundos a reconstruir su Mundo de Alegría ?

Debéis decidir... No o Si.

¿ Qué cómo termina este cuentito, me preguntáis ?

Bueno... ésto solo tus Papis y Mamis lo saben.

Pero, habiendo yo estado metiendo mis largas narices sin querer queriendo cuando Mamis y Papis le contaban a otros niñitos como tú el final de esta historia, en confidencia y sin que ningún otro amiguito tuyo se entere te voy a susurrar como puede terminar.

Algunos Papis y Mamis dicen: Todo termina con un Infierno, lleno de monstruos de diablos malos que todos los días se pelean y se despedazan unos a otros. La codicia, el egoísmo y la maldad día a día se hace carne en ellos, y sin saber sabiendo, ya que son grandes y responsables de sus actos, estos monstruos se castigan y sufren y sufren todos los días de sus a ser así, pero la verdad es que por Juntar mentirilla tras mentirilla sus vidas, que de niños habían sido felices, despreocupada y muy muy alegre, como la de todos los niños, cuando grandes se transformaron en unas vidas muy pobres, sufridas y desdichadas.

Otros Papis y Mamis dicen:

Todo termina maravillosamente bien, ya que nosotros ayudamos a que se arreglara. Un día se nos apareció el Tata-Dios y nos dijo muy muy fuerte, tan fuerte que se escuchó hasta Todo el Universo:

" Os encomiendo a vosotros, Mamis y Papis de esta tierra, que pongáis en orden vuestras conciencias, que arregléis todo lo que yo tan amorosamente he ordenado, y que déis a vuestros niños un paraíso de alegría y felicidad sobre la faz de ésta, vuestra tierra."

Sin más el Tata-Dios se esfumó sin dejar de estar por todos lados y especialmente muy dentro de cada uno de nosotros, aunque no siempre lo podemos ver.

Ahora... te pregunto:

¿ Cuál de los dos finales elegirías ?

 

Un dato escalofriante:

"casi todas las cortes de justicia tienen acordadas en dónde "de forma" dicen que los agentes judiciales -incluídos ministros, jueces, fiscales, por supuesto-deberían realizarse un chequeo psicofísico periódico, generalmente semestral o anual".

Sabe usted en la Prov. de Bs.As. cuántos lo han cumplido. NINGUNO, sabe durante cuánto tiempo: JAMAS.

Sabe usted que si cumplieran con esta acordada, que data de 1980, cuántos estarían habilitados para "darle justicia", se estima que solo del 10 al 20 % de todos ellos, como máximo, y esto es sin analizar su valor ni nivel ético-moral, es decir su propensión al delito liso y llano.

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