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28 - LA REALIDAD:
                                 TAL-CUAL-ES

Otro de los elementos hacia este nuevo cambio y transformación institucional es que debemos aprender a diferenciar mucho más aquello que es Realidad de aquello que se nos vende como "realidad" pero que es una "realidad disfrazada" que llamo Idealidad.

Por ser un punto muy importante me voy a tomar la libertad de repetir una sección de Bases que nos va a ubicar en el concepto Tal-Cual-Es.

Los Ocho Sentidos

Sabemos que tenemos nuestra propia verdad individual, que si la transmitimos o la receptamos con respeto y consideración hacia el otro tenemos grandes probabilidades que se transforme en Verdad Social, en nuestra verdad común, pero ¿ qué hay de esas verdades compulsadas con La Realidad ?

¿ Cómo juega la verdad con la realidad ? ¿ cómo prende la verdadera Realidad ?

Sabemos también que la verdad individual es de acuerdo a su propia definición muy aproximada a la conceptualización que hacemos de La Realidad, similitudes que no debemos perder de vista.

La Realidad que vivimos se prende con los ocho sentidos:

1- los cinco sentidos vulgares (tocar, oír, gustar, oler y ver)

2- el pensamiento, y el sentido general (alegría, tristeza, desesperanza, etc.)

3- el sentido común (común a todo ser humano que mantiene un determinado balance entre los 7 sentidos anteriores).

No hace falta que explique como usar los sentidos vulgares para descubrir la realidad de cada uno, pero si decir que tanto el pensamiento como el sentido gene-ral son multiplicadores en más o en menos de los 5 sentidos. Por ejemplo si pensamos en la música y la estudiamos nuestro sentido del oído se agudiza, un estudio metódico y sistemático una práctica consciente sobre el sentido lo potencia a niveles que muy pocos seres humanos conocen y viven o vivieron su límite y frontera.

Lo mismo sucede cuando el sentido general por estar en un estado, por ejemplo de alegría, "despierta y aviva" todos los sentidos e inversamente cuando nos sumimos en una depresión ellos se apacan y adormecen.

El octavo y último sentido: el sentido común es simplemente eso, común a todos los seres humanos, en realidad es común a todo ser vivo, aunque no todos lo tengamos a flor de piel siempre. No por más pensar uno desarrolla el sentido común, no por más trabajar sobre uno o varios de los sentidos uno "tiene" sentido común. Este se consigue cuando el ser humano tiene un balance y vive un equilibrio entre lo que es su ser y el mundo que lo rodea y en el que vive cotidianamente.

El sentido común no es patrimonio de "los cuerdos" o de "los inteligentes", es y se desarrolla en aquellas personas que viven conscientes de sus situaciones de relación cotidiana y el estar integradas a ellas les resulta "lo obvio", lo natural, lo común.

Vamos a llegar a comprender como la vida cotidiana a fines del siglo XX nos está enseñando muchas cosas, pero nos está alejando del sentido común en muchísimas otras, debemos recuperar ese sentido común y para ello debemos volver a aprehender La Realidad Tal-Cual-Es.

La Realidad, entonces, es interpretada por la vivencia del ser humano de lo que los sentidos le dictan, siendo el Pensamiento y la palabra el elemento que le permite "vivir", "interpretar" y "deducir" solamente una pequeña fracción de todo lo que los sentidos nos enseña.

Científicamente se ha comprobado que el Ser Humano interpreta su mundo existencial entre un 95 a un 97% a través de los sentidos y Tan Solo de un 3 a un 5% a través del pensamiento; llegando a estos niveles máximos de pensamiento casi exclusivamente en el discurso filosófico o matemático. Todo el resto y la mayor parte de las cosas se conocen, entienden, comprenden y saben a través de los sentidos y de la comunicación no verbal, ambiental, subliminal, etc.; dejando éstos una pequeña fracción al pensamiento y a su palabra.

De acuerdo a lo planteado hay cosas que no se pueden saber si no es exclusivamente a través de los sentidos, al igual que hay otras cosas que utilizan solo el pensamiento y la palabra, como especulativa, para su interpretación y deducción.

Muchos de nuestros métodos de educación y de desarrollo investigativo fallan desde su génesis porque queremos forzarlos a través del camino inverso al "natural" sin comprender realmente desde el inicio la realidad que contiene el objeto a enseñar o a investigar: son el sentido y el pensamiento "canales independientes" de captación de realidades, canales que solo se unen en finos afluentes de doble sentido, pero que jamás se pueden trastocar, suplantar ni intercambiar en sus procesos de base.

El trastoque de "la idealidad" -la idea abstracta que transporta una realidad concreta- en "la realidad" es común en todo nuestro proceso educativo, en la lectura de los titulares de la mañana, en los mensajes de los noticieros, en el manejo de un tema por "los expertos" que tratan de tendenciar el tema en cuestión, y mil otras situaciones cotidianas.

El soberano debe entonces conocer, entender, comprender y saber, especialmente, a ciencia cierta no a través de lo que "le dicen" sino a través de lo que realmente experimenta en su cotidiano vivir y acontecer. El hecho, el sentirlo y el pensarlo, directamente es, o debería ser, la base de sustento de todo soberano, infinitamente más sólida y segura que lo que "nos cuentan" que pasa en el mundo todas las mañanas, que lo que nos "dicen" con criterio "profesional" los expertos en el tema o lo que vemos en "imágenes" visuales y sonoras que le está pasando o dejando de pasar a otros.

La Realidad Tal-Cual-Es es patrimonio exclusivo del ser humano individual que la vive, la sensa y la piensa personal e individualmente, sin interpretadores intermedios o analistas más avezados, sin palabras que la "expliquen mejor" y sin ideas justificantes que la transformen, moldeen o adornen en uno u otro sentido que no sea el propio que uno mismo ha interpretado.

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