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UN LLAMADO A  LA CORDURA

Me dirijo a todos los argentinos autoexiliados en el mundo, a todos los latinoamericano que ven día a día nuestro hemisferio sumergirse precipitadamente en la desesperanza e impotencia de vivir una existencia que no controlamos, y a los ciudadanos de este mundo que tengan sentido común como para comprender que a esta hora de la historia universal los seres humanos debemos tender hacia el concepto: Un Mundo Un Pueblo.
A todos ellos junto a los argentinos que aún viven, o sobreviven en el país, y que tengan ya asqueado su sentir respecto a la cuestión argentina, les digo: - que estoy cansado. Cansado de ir y de venir a mi país, de vivir bien por el mundo pero sin echar raíces en ningún rincón porque mi simiente fue echada en el cono sur. Cansado de volver a un país precipitado al subdesarrollo y de un continente que día a día se aleja más de su identidad.
Hoy tratemos LA CUESTIÓN ARGENTINA: argentina porque corresponde al país y argentina porque, como Rubén Darío lo diría, es un problema mayor.
La Argentina vive una democracia que yo llamo de Stand By. Una democracia que va a seguir durando en tanto y en cuanto sigamos teniendo metálico que fluya hacia el exterior (por supuesto que sin declarar y como para no ser afectados al pago de los 65.000 millones de verdades que aún, más o menos, debemos). Esto no significa que alguien se lo roba, no!
La riqueza argentina se va al exterior por la inteligencia y viveza de manipuleos financieros que algunos señores le enseñaron a hacer a otros argentinos señores. Pero la Cuestión Argentina, no son pesos que van o pesos que vienen, no es moneda de más o de menos, si fuera así a quién, salvo al avaro y al mezquino, le interesaría. La cuestión argentina es mucho más profunda y seria, mucho más traumática y desesperante, mucho más comprometida y a su vez desentendida.
Es profunda porque va a las raíces de un pueblo conformado por inmigrantes que vinieron a “Hacer la América”, inmigrantes que sudaron sangre trabajando de sol a sol y en cualquier cosa (con pala y pico o con las manos daba igual, el asunto era trabajar), inmigrantes que se sacrificaron para ver a sus hijos “dotores” (pero de los de antes, de los que inspiraban respeto y confianza, aún si vestían bombachas y se ensuciaban trabajando el campo), inmigrantes que vinieron del Este con principios éticos y valores morales, cansados de pelearse entre hermanos y dispuestos a hacer en familia y con la familia lo que por derecho natural nos corresponde: vivir, crecer, ser mejores y muchos más, etc.
Es seria porque solo quedan cenizas, ya, de caras muy arrugadas e ignoradas de lo que fue un ideal de vida y un grito de esperanzas. Es seria porque el trabajo de sol a sol, fue desplazado por la especulación financiera, por la timba institucionalizada, por la renta no ganada, por el peso fácil y el hedonismo ciego y desprejuiciado. Es seria porque a los jóvenes les cuesta mucho más manejar botones y palancas que el pico, la pala y las manos a sus abuelos.
Es muy seria porque ya nadie le tiene respeto y confianza a los doctores (bien merecida la tienen) en especial a los jurisconsultos que pululan por doquier tratando de ser parte principal del conflicto entre dos argentinos. Es seria muy seria porque principios como el respeto, la consideración, el amor y la armonía, y hasta los “buenos días” entre nuestros semejantes (y no hablo de perros) fueron sustituidos por... bueno: venga el lector a la Argentina y se va a dar cuenta que huelgan palabras para explicar. Y valores morales como en cualquier libro de tapa dura o en el silencio que hacíamos para escuchar a cualquier abuela oíamos, se transformaron en: desconfía de tu prójimo como de ti mismo,en especial si tu prójimo es alguien allegado, roba, hurta y saquea ahora porque cuanto te diste vuelta ya es demasiado tarde, es mejor la mujer y el hombre de tu prójimo que el que te trae el pan a casa, codicia todo aquello que reluce en otro y aún lo que el otro no tiene pero que tu fantaseas que tiene. Es seria, porque no hay ni en familia, ni con familia, muy seria porque inclusive siempre es “sinmigo”, el conmigo se perdió en lontananza.
Es traumática porque está tan enraizada en el ser social e individual argentino que el proyectarla a flor de piel va a llevarlo a comprender la vanidad, la mentira de mentiras, la fantasía delirante o insensata con la cual el Ser Argentino vivió desvergonzadamente. Una fantasía que lo llevó a ser por décadas prepotente, regalón y despreocupado del problema del vecino (y hablo de América Latina y del Mundo Todo). El argentino se quedó con el tango del novecientos “yorando una vida que ni siquiera supo ganarse”. El argentino se quedó con las suelas del pobre viejo que se deslomó como un b.... Y es desesperante porque ni uno ni treinta millones de argentinos sabemos, por qué pasó, cuándo pasó, ni cómo hacer para que se corte.
Es desesperante porque somos pobres y flacos como perro ciego, es desesperante porque el mundo nos dejó de lado como calzón de p... y vienen, nos usan y se van como si fuéramos los dueños del calzón. Es desesperante porque el argentino todavía vive la fantasía de la abundancia y la estupidez de la grandeza, y realmente se lo cree viviendo un delírium tremens social irrisorio para la humanidad toda.
Es una situación comprometida porque todavía hay argentinos viviendo codo con codo (aunque muchos salvaron a sus hijos e hijas mandándolos al exterior), es comprometida porque aún quedan argentinos que se insultan, que mienten, que engañan, que roban, que matan a otros argentinos. Es comprometida porque todo estos seres al levantarse con el nuevo día no tienen ni sienten la necesidad de agradecerle absolutamente nada al Altísimo, porque ya ellos pensaron, se regocijaron y comentaron las maldades del día anterior inflándose de vano orgullo.
Y al final, pero no lo último, es desentendida porque para qué meterse si no se puede pelear contra el sistema. Bueno..., señores de este país, argentinos en autoexilio, latinoamericanos rezagados y gentes cuerdas de este mundo yo tengo una locura, una linda locura que me hace vivir, una linda y cuerda locura que me hace vibrar y existir: yo solo, en principio, voy a iniciar la transformación del Sistema Institucional Argentino (SIA), causa única y acumulada de los males de los argentinos, creado sobre bases de corrupción, engaños y mentiras, y voy a construir, con aquellos que me acompañen, un Nuevo Modelo Institucional, sobre una base sólida: La Verdad, y con un andamiaje mucho más consistente: la consideración y el respeto hacia nuestros semejantes. Todos están invitados a observar... en principio.
Mauricio J. Yattah

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