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La Identidad del Individuo y Su Pueblo
para encontrar la Paz Mundial
El mundo no va a tener paz hasta que cada pueblo, por pequeño que sea,
recupere, mantenga y proyecte su propia identidad. Es parte natural en nuestro desarrollo
existencial que cada individuo, que conforma un grupo de convivencia, se conozca a sí
mismo.
Cuando se transita el sendero del conocerse a sí mismo se hace inevitable cuestionarse
sobre su relación con el grupo social pretérito. De ésto surge instintivamente la
pregunta: ¿ cómo llegó a ser lo que Es el grupo actual que lo cobija ? Desde hace
cientos de años, y con mayor intensidad desde que España y Portugal se separaron el
mundo entre Oeste y Este y dieron el ejemplo de dividirse inclusive lo desconocido en una
mesa de negociaciones, y de manera sucesiva asumieron la misma actitud otras potencias
occidentales hasta nuestros días, los pueblos civilizados trataron y tratan
de imponer sus normas de civilidad a los pueblos conquistados y
salvajes.
¿ Es que esos pueblos conquistados no tenían normas, leyes y costumbres que los hacían
vivir en armonía con ellos mismos y con sus vecinos ? ¿ Es que los conquistadores
aportaron algo Más Civilizado y Mejor a ese núcleo humano conquistado ? Y mil preguntas
más hoy nos invaden, porque vemos como estamos en este mundo inundado de civilización
impuesta. A un niño se le impone lo que debe hacer y pensar, a un iletrado se le impone
lo que un culto sabe y exige. ¿ Por qué ? ¿Es que un niño no conoce y descubre por sí
su joven entorno? ¿ Es que un iletrado, por ser tal, es menos para el vivir
que un culto ? Nos robaron desde niños nuestros aquí y ahoras,
imponiéndonos realidades de adultos y paradójicamente, cuando somos adultos, de manera
compulsiva nos obligan a asumir en definitiva esa realidad, realidad que no masticamos, ni
desarrollamos, ni descubrimos con naturalidad.
Y es así como nuestra realidad de adulto se nos presenta como algo extraño, conflictivo,
pesado y difícil de sobrellevar, o simplemente vivir. Nos han impuesto, a los ignorantes
y débiles, normas y conductas mejores con las cuales vamos a
poder triunfar o por lo menos sobrevivir.
Pero ... ¿ Cómo ? ¿ No nació todo ser humano, sin clasificaciones o nomenclaturas para
cumplir con el designio Divino de Vivir sobre la tierra ? Y porque entonces esa sensación
y sentimiento de tener que sobrevivir. Por qué esa compungida intención de dar gracias a
lo terreno por haber sobrevivido a las calamidades y desgracias que nos rodean. Y cuando
miramos a nuestro alrededor y nos cuestionamos infinidad de cosas, encontramos a aquellos
que dicen... gracias a las leyes que el hombre se dicta y que el hombre hace respetar es
que no nos comemos unos a otros viviendo en un mundo tan apretado. Y más escépticos nos
volvemos.
El mundo no va a tener paz hasta que cada pueblo desarrolle su propia identidad. Para
conquistar es conveniente antes aislar al conquistado, y para mantener una conquista no
hay mejor cosa que dividirlo y hacerle perder su historia, su lengua y sus costumbres.
Todo en función de una mejor cultura, una cultura más universal y acorde a
las necesidades de todos. Y es aquí donde empezamos a mezclar cultura y
civilización. Y otra vez... ¿ Por qué, los pueblos salvajes no tenían y cumplían con
sus propias normas de civilidad ? A tal punto llegó nuestro convencimiento de que somos
civilizados nosotros, que si no hacemos un pequeño esfuerzo más allá de lo
que a diario escuchamos, vemos y hablamos, creemos que esos asiáticos, son unos
salvajes e ignorantes y dignos de cuidarse y mantener distancia dé.
Y hoy a esta altura de nuestra civilidad una gran mayoría de nosotros, por no decir
todos, seguimos separando al mundo en términos prejuiciosos, al pensar y decir a diarios
nosotros los que si sabemos y ellos los que no entienden. Y sin embargo somos
tan ignorantes que ni siquiera nos damos cuenta que mientras hoy, acá y ahora es de día,
hoy allá y ahora es de noche y que con solo pasar un suspiro de nuestras vidas la
situación se revierte y vivimos una espesa noche mientras el sol brilla sobre
ellos,los que no entienden. Por un lado estamos destruyendo la auténtica
identidad de los pueblos, minimizando la importancia universal de su lenguaje, la grandeza
de su historia, la sutileza de sus usos y costumbres de los cuales, antes que empezara la
amansadora de los colonizadores, eran orgullo de padres e hijos. Por otro lado estamos
construyendo la verdadera identidad.
En lenguajes si no sabemos un idioma extranjero somos nada, en historia, tenemos una
historia común escrita y protagonizada por Grandes Hombres a los cuales algunos zapatos
históricos les quedan demasiado grandes, y los usos y costumbres que hoy nos dan, y que
como agua clara de manantial de repente brota fresca y alentadora, es por lo general
vergüenza de los padres y orgullo de los hijos, o viceversa. Y ante todo este caos
algunos muchos de los que nos rodean todavía dicen... Y bueno, si siempre fue igual !
Mauricio J.Yattah