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INCOMUNICADOS
¡ Si ! estamos incomunicados, totalmente desconectados. La cadena
dirigidos- dirigentes hace rato que se rompió y ésto es consecuencia de infinidad de
factores. Haber confiado en la impecabilidad del sistema democrático, en su distribución
de poderes, en su inflexibilidad al cambio (porque los fundadores de patrias nuevas,
libres, independientes, partieron de preconceptos de pureza y eternos). Esto y mucho más
hizo que nos olvidáramos de la ley fundamental de nuestra existencia, y la única
irreversible: La Ley del Cambio.
Desde hace siglos, pareciera, lo único que hacemos es cada tantos años (cubrir la
función), votamos, si podemos votar, y ya. Cumplimos. Error. No cumplimos, simplemente
nos desprendimos de nuestra obligación social, política, existencial de aportarnos cada
uno y todos como sociedad los ajustes necesarios imprescindibles diría, entre
lo que tenemos y lo que queremos, entre lo que podemos y lo que debemos. Y así, día a
día, año a año nos alejamos, o dejamos que nuestro intachable sistema se desmorone. Hoy
por hoy , por no haber producido cambios significativos, que en su tiempo justo son
insignificantes, ajustes de base, sufrimos dirigidos y dirigentes un agobio de sistema.
¿ Dónde empezar ? ¿ Cómo hacerlo ? Comunicándonos. Los dirigidos de ayer, hoy son
dirigentes y éstos serán nuevamente dirigidos en un futuro que se precipita cada vez
más. Somos entonces parte de una misma raza, somos parte de una misma sangre.
Un Mundo Un Pueblo intenta con este aporte periodístico ayudar en esta conjunción, que
es práctica y existencialmente imprescindible. Permitiéndole a todo ciudadano una libre
expresión escrita, sin condicionamientos ni tendencias políticas, permitiéndole al
hombre y a la mujer que necesite decir algo... decírlo, así simplemente y con sus
propias palabras, sin representaciones, es una de las tantas formas que podemos aportar a
la opinión pública.
Es hora que comprendamos que la opinión pública nace originariamente de la pureza y de
la expresión de las bases, y todos somos base. Solo cuando las bases pierden interés,
solo cuando las bases se acomodan mullidamente en sus sillones para ver televisión es
cuando el poder político a través de Su Media Condicionadora influye y conforma
supuestamente una opinión pública. Es supuestamente porque la necesidad, la
insatisfacción sigue latente, nada se resolvió. Simplemente se justifican cosas y
iustificare no es hacer, es decir, y decir no es hacer es simplemente nada cuando el
cambio no se produce. Por más que nos informemos escuchando radio y televisión,
escuchando un discurso verborrágico o información no verificable desde
nuestro mullido sillón, por más gentes que vengan a explicarnos lo que pasa, nuestra
realidad va a seguir siendo la misma.
Nada va a cambiar si el dirigido no hace que cambie. Simplemente porque el mismo sistema
le da al dirigente suficiente tiempo para arreglar su situación personal, o por lo menos
intentarlo. Hay que ajustar el sistema a una nueva realidad, a nuevas necesidades, a una
nueva concepción de futuro en función de un mundo, ya integrado, que hace rato
comprendió lo inevitable de LA LEY DEL CAMBIO. Pero todo cambio implica esfuerzo y lo
más que podríamos usar para ayudarnos es lo inercia de un sistema de cambios que en el
caso argentino es gravedad en contra. Para producir cambios la palabra que vale es la
palabra de la necesidad que es la madre de la acción, y la acción se produce a pico y
pala en todas las actividades sociales. Estamos los argentinos dispuestos a
ensuciarnos ?
Mauricio J. Yattah