Ya he escrito respecto a ésto pero no está mal observar la «falta de palabra» desde otro punto de vista. La palabra fue dada al ser humano como un elemento positivo, de verdad, concreto, eficiente y altamente eficaz para comunicarse con sus semejantes. La palabra «anticipa» y genera nuevos mundos de relación y sintetiza y ordena los elementos existenciales que los semejantes compartimos.

Cuando se rompe la palabra literalmente se destrozan infinita cantidad de elementos de relación humanas cuyas uniones son muy difíciles de juntar nuevamente, como lo habíamos dicho antes: muy difícil de sanar.

El sistema, en términos generales, y estúpidamente ha encontrado sustitutos para «la palabra», así hay «contratos», hay «escribanos», hay «leyes», hay «testigos», hay «pruebas», hay infinita cantidad de cosas que «establecen» la palabra «dada». Pero todos estos mecanismos los adjetivamos como «estúpidos» porque lo único que hacen es generar una elefantiasis de instrumentos y de sujetos y de sustitutos que aumentan exponencialmente la deformación definitiva de las relaciones humanas que quisieran enmarcar y equilibrar, generando un pandemonio de desfiguraciones y de injusticias sociales de mayúscula factura que llevan a ser un caldo de cultivo magnífico para la corrupción sistémica que permite el delito público y la injusticia social «justificada».

La falta de palabra se sustituye con la palabra dada, con el respeto y la consideración por el otro y con una compulsa cotidiana y confrontación efectiva con la realidad que expresa o expresó.

No cumplirla -simplemente- o generar elementos artificiales para sustituirla aumenta exponencialmente el universo en donde se produce la ruptura social y se constituye el campo del mercado del conflicto que para «superarlo» vuelve sobre sus propias incongruencias, fantasías y falacias a generar nuevos instrumentos y nuevos caminos de engrosamiento de universos virtuales que transforman «la vida» en «supervivencia compulsiva» o en una existencia esclava y sumida a cosas que solo hacen a aumentar la estupidez humana, único ser universal que es capaz de producirlas.

No existe otro «animal» o vegetal o elemento natural que tenga procesos estúpidos en su desarrollo y existencia que lo haga trabajar o vivir en función de esa creación inútil y antinatural. Pensalo.

<< Anterior - Siguiente >>
PaginaPrincipal  Manual II  Manual III  Libros   Ladrillos   EmailsActuales   
Conceptos Claros  Organizarte Cívicamente