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8 - EXTORSION POLITICA

El otro tipo de extorsión tan dañina para la sociedad es la política, aquella llevada adelante por los políticos, ya hoy pseudo representantes de las voluntades sociales, y por las élites de decisión de la función pública, aquellos ciudadanos puestos en cargos públicos por decisiones políticas.

Extorsión política es aquella extorsión que produce todo ciudadano que sustenta un cargo político público en beneficio propio y/o ajeno, en perjuicio directo de aquél ciudadano que requiere del servicio de administración pública y de la sociedad toda.

También aquí la dispersión es total, tanto en su verticalidad como en su horizontalidad, pero a diferencia de la extorsión judicial, que atiende básicamente a la necesidad de justicia del ciudadano y a su necesidad de mantenerse dentro de la Ley, resguardo y compromiso jurídico, la extorsión política se inmiscuye en toda expresión social, en toda área de actividad de desarrollo humano, económico y general.

Toda vez que el ciudadano crece de lo particular a lo colectivo, de lo privado a lo público, de lo chico a lo más grande y amplio, de su servicio a pocos al crecimiento del servicio a muchos, encuentra desde la función pública una infinidad de "candados extorsivos" que lo inhiben en su desarrollo.

Y es así como el político hace su negocio y penetra, sin tener absolutamente ningún tipo de conocimiento ni de capital financiero para invertir, en una infinita cantidad de participaciones de proyectos de realización que, de no tener "la manija política pública del veto" jamás le sería dado.

Este tipo de "peaje forzoso al desarrollo" ha drenado y secado todas las áreas de la producción nacional, ha vaciado de intención y potencialidad genuinas las decisiones del desarrollo productivo comunitario y ha distorsionado el punto de apoyo que este tipo de emprendimientos sociales y económicos debería tener respecto a las decisiones, poniendo éstas en manos de individuos que se asumieron en el poder de decisión por una autoridad formal invocada y no por una autoridad funcional adquirida por capacidad e idoneidad en el desempeño de la actividad.

Encajonar proyectos de particulares, prolongar plazos para la resolución definitiva, estorbar con exigencias de más y más requisitos de forma, etc.etc. son tácticas para obligar a los particulares, y en especial a las grandes empresas, a entrar en la Extorsión Política. Y ellos, los funcionarios públicos políticos, no tienen ni sienten la necesidad de apurar ningún proyecto, cuanto más tiempo pase, cuanta más necesidad social exista inclusive a trabajar en el límite de la necesidad catástrofe, como anteriormente la hemos mencionado, mayor es el rédito político por una decisión largamente relegada. Situación que desde la decisión privada y particular se toma de fracciones de tiempo dentro del andamiaje extorsivo público político se transforma en un maremágnum de iniquidades.

El político ha predido el norte de su representación social, orientándose solo a su necesidad particular y con ello ha perdido toda su representatividad dentro del sistema de gobierno.

Pero al igual que la transformación del sistema de administración de justicia y de seguridad pública incumbe, o debería incumbir, solo al conjunto de los ciudadanos, el sistema de transformación de la relación social con su "forma de gobierno" también le incumbe exclusivamente; ya que si se le deja "la transformación" a los políticos éstos van a dar vuelta la "forma" para mantener la "esencia" del mismo y extorsivo y explotador sistema de gobierno contra el pueblo todo.

Así cuando desde Un Mundo Un Pueblo hablo de cambiar a una democracia real, una Democracia de Participación Directa, estoy hablándole a la gente toda, le estoy proponiendo el cambio a cada uno de mis connacionales, sean grandes o chicos, sean ricos o pobres, sean conscientes o no de su responsabilidad social: a todos y cada uno de nosotros.

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