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Obreros Trabajando
Los Borra-Borra "crecen"

Así continúan las cosas durante el verano 90/91, la familia Borra-Borra lejana, los obreros "que van y que vienen".

Imágenes que nos sitúan en esos meses son:

- como una "hormiguita laboriosa y hacendosa" La Olga va y viene con su Renault 11 rojo, siempre con carpetas en la mano, trayendo los materiales que se necesitan para la obra. Diez, doce catorce veces por día "va y viene" "viene y va". El "capataz" con pinta más de matón a sueldo u obrero liberado de un penal y dispuesto a trabajar "en libertad", un tal Trinidad Silva, que se hacia el amigo dejando de lado lo cierto de amigo, pedía cosas, y ella iba; ella encontraba cosas por allí y venía. Lo natural en cualquier obra.

- de noche, cuando ya las últimas luces de la tarde de verano se estaban poniendo, siempre apurado, siempre "acompañado" se aparecía el "señor juez". Entraba y salía, aparecía con el "ceño fruncido" como "dando su aprobación y su visto bueno", sin el cual la hormiguita no podría haber continuado a la mañana siguiente.

Recuerdo un día, antes de comenzar la obra, era un domingo, consiguen una máquina para cortar el pasto que estaba muy crecido. Para que se ubique, la máquina era de un motor de un cuarto de caballo de fuerza, eléctrico, y de muy dudosa efectividad, más pensando en todo ese pasto de medio metro de alto. El Juez, enchufa su "cuarto de caballo" para atacar "su matorral", dispuesto a demostrarle a la naturaleza que "él la va a controlar, moldear y transformar a esa "pobre y desprolija naturaleza" en lo que él quiere que sea". Yo mientras tanto, en el porche de casa, estudiando, recuerde que ya le había ofrecido mi ayuda muchas veces, y que siempre me la habían negado. Mi máquina, la que ya me robaron, que era como "un tractor" para nuestros jardines, "descansando en el garaje", tranquila mientras su semejante, la del cuarto de caballo, comenzaba a "transpirar", a atrancarse por los yuyos venidos a maleza, comienza a literalmente "rebelarse contra la insensatez del juez" que quiere de puro prepo y con su cuarto de potencia talar el Amazonas. Yo pienso: "me animo", no me animo; pienso "se la ofrezco", no se la ofrezco; y sigo leyendo sin poder leer, ¿ me comprende ? El que nace para pito, aunque quiera, jamás va a llegar a corneta. Pero ésto no es la moraleja del episodio, ya que una máquina es una máquina, y lo que ella o su semejante guardada en mi garaje pensaban y se lamentaban es "tal vez" una fantasía de mi propia mente. Y ¿ qué chance tenía la pobrecita ante la "total y absoluta determinación del señor juez" de hacerla trabajar ? Aunque les digo que finalmente "ganó la chiquitita", se quemó y Puffff... Il morto non labura piú.

Pero antes que sucediera este tremendo deceso, tuve la real dimensión y "comprensión" de lo que es tener a un juez en la familia, mucho peor un juez que también es el "pater familia", y muchísimo peor un juez "con lo que todo juez tiene que tener" su autoridad bien bien puesta. La historia continúa así:

Borra-Borra llama de un grito a su esposa, la hormiguita laboriosa y hacendosa, que presta se "cuadra" ante el señor juez, una vez "en situación" éste le ordena -siendo su amada y querida esposa- que busque a los "niños" y que entre todos "Le Saquen las Piedras del Camino", porque Su Máquina acaba de agarrar una piedra que estaba entre los pastos... y si eso vuelve a pasar "la máquina se va a romper". Yo, con espanto, cómodo en mi porche, pero ya absolutamente "ido de mi lectura" miro como esposa, hijas e hijo menor, van "limpiándole el camino al juez" sacando piedras de entre cardos, yuyos, y pastos crecidos. El infierno del Dante a lo mejor es un poco exagerado, pero la imagen correcta es Miles de Esclavos Polvorientos, Transpirados, Silenciosos y Harapientos construyendo las Pirámides de Egipto mientras el "Faraón" al mando de su Carruaje dorado, en este caso la chiquitita y desvalida máquina de un cuarto de caballo, avanzaba lenta y majestuosamente pisando la sangre de sus súbditos.

Y el milagro se produjo ya que, por medio de una transferencia telepática en tre "mi conciencia asqueada" del dantesco espectáculo de maltrato familiar y la "conciencia y cansancio físico de Su Cuarto de Caballo ésta dijo BASTA, largó una nube de humo... y se murió. Por supuesto, ¿los culpables? Los Esclavos, que sumisos y aceptando toda responsabilidad, se dispersaron mientras el Señor Juez, complacido, volvía a reafirmar su ego y "sentido no muy común".

Es un juez, pero la experiencia al frente de todo lo que día a día hago y de todo lo que escucho de cientos de personas, me fueron agregando miles de otros jueces. Por Dios. Estos sujetos ¡ juzgan a la gente !

 

Sepa que un delincuente jamás va a reconocer su delito, Jamás, aunque usted lo encuentre infraganti, le saque fotografías, tenga a mil testigos, el delincuente siempre va a seguir negando el hecho que produjo.

El delincuente institucional, político, judicial sabe perfectamente bien que el sistema lo va a proteger y lo va a salvar.

Usted  ¿ a quién tiene para que lo defienda

de 3.000.000 de EFEPES ?

Imagínese si se tiene que defender de un juez, de un ministro de justicia, de un político.

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