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UNA VOCACION DE SERVICIO INEXISTENTE
¿ Qué es vocación ? De lo divino a lo ocupacional la cantidad de
definiciones son muchas, pero para lo nuestro sería: hacer algo con un sentimiento
profundo, con una plena dedicación al hacer, con una satisfacción y entrega a la tarea
que llene al individuo que la desarrolla de goce y un sentimiento de plenitud y
realización personal como ninguna otra actividad lo pueda satisfacer. Es larga, pero va
al punto.
Y de Servicio, sin definirlo, podemos decir que nunca fue parte de la idiosincrasia del
habitante de este suelo -salvo aquellos inmigrantes primeros que vinieron con su cultura y
civilidad de otros lares- ni tampoco al grado de la propensión a tomar y dar servicio que
tienen culturas y pueblos como el japonés, sin explayarnos mucho.
El servicio es saber atender, darlo, y también saber agradecerlo cuando se lo recibe.
Pero como un regalo sincero es entregado sin doble intención, un servicio sincero es
cuando sin interés ulterior o de ningún tipo es ofrecido a quien lo necesita.
Existe en los argentinos ese dejo profundo de que el servicio al prójimo es servil, bajo,
denigrante y al tener ese sentir en general no sabemos ni dar ni recibir un servicio a
nuestro vecino. Es muy nuestro que aquel que se entrega a atender al prójimo está en
otro nivel, yo por mi parte -piensa un argentino- no lo haría (o calla).
Esta actitud que no sirve como estereotipo del argentino está generalizada.
Yo la atribuyo a la actitud arraigada en el trato que el Funcionario Público le da al
Pueblo Argentino. A este trato lo llamo: la Subcultura del Funcionario Público y fue la
que se fue comiendo a toda nuestra cultura y civilización creando en todos nosotros un
condicionamiento a esas pequeñas cosas imperceptibles de la comunicación no
verbal que nos impuso día a día, contacto a contacto el EFEPE. El argentino que
entra en el Servicio Público no entra por vocación de servicio sino para tener un sueldo
asegurado, cuando no dos o tres sueldos, también públicos. Y no hace falta ir más que
al primer mostrador de cualquier repartición pública cerca de su casa para ver que
ningún funcionario público tiene o siente vocación por su trabajo. Contestaciones
tajantes, como para sacárselo de encima, molesto cuando se le hace más de una pregunta,
¡ y guay si no le entiende !, ni le afecta que haya uno o mil en la cola. Siempre mira el
papel de quién sigue, nunca mira a la cara y siempre se las ingenia para
saber de todo al mismo tiempo que no saber nada. Estas son algunas de las actitudes del
EFEPE que nos atiende con tan poca vocación al trabajo desde el mostrador.
Claro... ¿qué incentivo hay ? ¿qué desarrollo profesional les ofrece el cargo público
? ¿para qué dar más que lo mecánicamente factible ?, y por lo que cobra, ¿qué le
importa ? Y si hay que echar culpas ni uno ni cien ni un millón de EFEPES la tienen,
¡porque el sistema ya es así ! Pero estos argentinos que viven del presupuesto, que no
les interesa a quién atienden ni cómo lo atienden, porque igual van a cobrar a fin de
mes (porque el Estado no se funde), ... y piensan... -Yo igual con los años ¡ voy
subiendo y progresando en el escalafón ! estos argentinos ni uno ni todos tienen la
culpa. Porque ellos están adentro pero es como si no existieran.
Y si queremos el resto de los argentinos exculparlos a los millones de Funcionarios
Públicos bien podríamos hacerlo diciendo que al fin y al cabo somos los de
afuera los que aceptamos toda esta desidia sin hacer nada más que quejarnos.
Que somos los de afuera los que nunca jamás nos juntamos para tomar acción
en conjunto para poner coto a un sistema institucional enfermo, prostituido y corrupto. Y
ante estas afirmaciones hay una sola respuesta: ¡ es cierto ! No es hora que los de
afuera nos juntemos a través de decisiones independientes impongamos nuestros
derechos, defendamos nuestros patrimonios y cambiemos un sistema de administración
pública de lo nuestro que desde el diplomático al Efepe de mostrador deja mucho,
muchísimo que desear respecto especialmente a la vocación de servicio que nos debemos.
Mauricio J.Yattah