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ARGENTINA LIDER EN UNA INDUSTRIA DE PUNTA
¡Primeros ! en la industria del RECICLAJE DEL AUTOMOTOR

La industria automotriz después de muchos intentos se consolida con el genio de Henry Ford en los EE.UU. Su Ford A y su Ford T hacen furor en los primerísimos clientes: pero HF no solo consiguió ésto, cambió el management, le dio sentido a la producción con su Linea de Montaje, trabajó con tiempos y movimientos. En fin, racionalizó en buen grado la producción de automotores.
Y así los EE.UU. pasaron a dominar por 60 años la tan poderosa e importante industria automotriz. Esta dá trabajo y razón de ser a cientos de miles de trabajadores y a millones y millones de personas que de una u otra manera estuvieron, están y seguirán estando conectados a la industria automotriz. Europa no se queda atrás.
Compite, da calidad y fundamentalmente trabajo y satisfacción y orgullo a otros millones de seres humanos. Pero... ¡ hay sorpresa ! después de la Segunda Guerra Mundial el Imperio del Sol Naciente se plantea sus objetivos nacionales, toma como modelo a sus conquistadores, define las áreas de Producción Prioritaria (Siderurgia, Electrónica y Automotriz) y se larga en principio a Copiar (para vanidad de los EE.UU.) y con sentido práctico y común los nipones, considerando como proceso natural de aprendizaje de todo animal copiar de sus maestros y mayores, incluyendo a los seres humanos, comienzan a avanzar.
Y así los japoneses en 20 años copian, compiten, aprenden y superan a EE.UU. y a Europa. Y aportan al desarrollo del mundo un Invento Norteamericano, los grupos de control de calidad, la robótica en áreas de trabajos pesados, la coordinación humana en áreas de desarrollo intelectual y de relaciones informales, que le dan una potencia de prospección que llena de dudas y miedos a sus competidores. En todas estas mentes humanas que aportan al desarrollo de una industria se gastan e invierten millones de millones de moneda (U$A, Marcos, Libras, Liras, Yenes, Pesetas, Francos, y más y más monedas), pero la industria avanza lenta y segura para bien de la humanidad. También se gastan e invierten millones de horas-hombre desarrollando, pensando, aportando en bien de la humanidad para un mejor-hacer para un mejor-tener y un mejor-pasar.
Y muchas de estas empresas de EEUU vienen a invertir y aportar a la Argentina y otros más vienen de Europa. Y estos empresarios y técnicos nos enseñan a producir automóviles, nos enseñan su management y nos incorporan al mundo grande del confort, y también se hacen tractores y camiones... y los argentinos aprendemos y usamos. Aprendemos y copiamos y aportamos lo nuestro.
Todas estas industrias ocupan miles de trabajadores, todas estas industrias y sus hombres y mujeres creen en hacer mejor y en hacer más para el país, para todos nosotros. Pagan sueldo, seguros, impuestos, invierten en nuevas tecnologías, enseñan a los suyos, pagan cargas sociales, mueven el mercado de capitales, en fin... hacen y hacen bien, y por supuesto quisieran hacer mejor. E iban a venir los japoneses, pero los nipones dijeron IE (no). Y para que uno o muchos nipones digan NO, la cosa tiene que estar recontra mal
¿ Cómo ? ¿ Aquí ? ¿en el país más europeo de toda la “salvaje América” ? ¿Aquí ? ¿En el país del dólar ? Y ellos dicen que no invierten. ¿Por qué será ? Es que el argentino, bueno, algunos argentinos han entrado a competir con capitales nacionales y con tecnología nacional y con toda su potencia mental, han entrado a competir con la alicaída industria automotriz que solo produce 70.000 vehículos.
Surge de mentes argentinas una industria nueva: la Industria del Reciclaje del Automotor. ¿Qué tal ? Esta industria y todas sus ramificaciones es tan perfecta que funciona en Todo el País pero nadie sabe nada de ella, afecta a Todos los Argentinos (o mejor dicho al argentino de turno) pero en un secreto y con un sigilo social digno de las plazas palermitanas. Estas mentes argentinas sin invertir capitales, sin guerrear con los sindicatos, sin preocupaciones por inversiones publicitarias, sin nada de nada llega a producir en unos pocos años un 20% más de automóviles que esos b... de la industria automotriz.
La nueva industria del R.A. (reciclaje del automotor) aporta preocupación e impotencia a miles de argentinos descuidados. Aporta movilidad de capitales a la industria del Seguro ( Que ironía.... ¡seguro!) ¿¡Aporta sustento a muchísima gente que nadie conoce !? ... ¿¡ y que nadie deschava !? Ya que muchos de los argentinos estamos tratando de hacer una Argentina Mejor los “ejecutivos” de la R.A. deberían hacer una de dos: o capacitar a algunos más de los nuestros en tan brillante negocio o prepararse para exportar al mundo el nuevo invento argentino del robo institucionalizado del automotor.
Como epílogo le cuento al lector una de mis experiencias de mochilero: Sabe el lector cuántas policías camineras había entre Guaymas (al noroeste de México, en la bahía de Baja California) y México D.F.... Yo lo sé. Había 16. El lector se preguntará como lo sé. Fue muy fácil, hice autostop (dedo para nosotros), en Guaymas me levantó un camionero que, para sorpresa mía tenía un montón de Rollitos de Billetes bien ordenaditos puestos del lado de adentro del parabrisas (¿ recuerda el lector del rollito para el vuelto que tenían nuestros colectiveros ?... bueno, igualitos) Por supuesto que lo primero que le pregunté al señor fue: y esos, ¿ para qué son ? Y sin mosquearse y muy pancho me contestó (palabras literales): para pagarle a la policía, para que no nos molesten. Si no pagamos no llegamos a México ni en una semana.
Así fue como llegamos en tiempo normal, en la madrugada del tercer día.
Mauricio J. Yattah

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