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10 - DELINCUENTE POLITICO

En el sentir popular el político es una cantidad de calificativos y connotaciones muy reñidas con los principios y valores que utilizamos en nuestras relaciones cotidianas entre nosotros.

Definamos la imagen pública que ha sabido construir la "elite política" de lo que es un político:

1- es un vivo, un pícaro, un oportunista, un charlatán, un tipo que es un trepador y que se proyecta en su carrera manteniéndose por sus contactos políticos y por su "necesidad funcional" para otras personas que necesitan hacer.

2- es un sujeto que a través de la extorsión pública hace su negocio o hace al negocio de su partido o de sus correligionarios

3- que tiene la manija durante su intervención de decisiones que hacea a proyectos de realización social en los cuales "también quiere participar"

4- cuando existe intensidad social para la realización y encuentra que puede dar el zarpazo lo dá, pero "manejan" siempre entre muchos, el hecho de que si la "intención social" de satisfacción de la necesidad no es suficientemente "redituable" o "la sociedad no se ha estructurado en una opinión pública consolidada en el reclamo de la necesidad insatisfecha se deja "la satisfacción social" hasta que ésta se transforma en "necesidad catástrofe" para que el rendimiento económico-financiero sea mayor y para que el reconocimiento político "por la realización" sea también mucho mayor.

Este manejo de "actuar solo por necesidad social catástrofe" es una de las tantas abominaciones políticas criminales de esta casta social.

5- El problema de la "actitud política" la sociedad lo vislumbra y vive en todas las áreas de su activación social, económica, cultural, nacional, etc.

En todos estos sentidos para el ser ciudadano responsable que observa "sin doble intencionalidad" la actividad, la conducta y la "forma política" que le imprime el político a su quehacer cotidiano su exteriorización permanente es la de una persona reñida con todo tipo de valores y de principios morales y éticos; aunque pregone todo el día lo contrario.

6- Las exteriorizaciones de sus "cualidades" se ven a simple vista desde que "el barrio" conoce la actividad de su familia, hasta que "el pueblo" ve su transformación cuando asume un puesto de "autoridad" hasta que "la nación" lo ve por t.v.

El ciudadano sensa y lee profundo en su comunicación gestual, en sus discursos, en las contestaciones que dan "sin saber de qué están hablando", en las banalidades en las que se "enganchan" para pasarse de "simpáticos" ante el público -al que no representan pero al que le han "literalmente" robado su voto- etc. Códigos comunes que manejan todos y en los que se "meten como por un caño todos juntos" creyendo que pueden engañar a la audiencia o que pueden torcer la opinión pública -a la que consideran burda, banal y sin criterio propio- olvidándose que esa opinión pública a la que quieren confrontarse "en masa política diciendo todos lo mismo" maneja códigos de verdad propia y social, códigos de realidades cotidianas y absolutas y códigos de relaciones sociales, económicas e institucionales que "maman" cada minuto de sus vidas y en cada instante de su actividad de trabajo y/o estudio individual y social.

7- Los cómo hacen los políticos para desvirtuar todos los patrones de relación, para abajo con sus "no representados", para los laterales con sus colegas, y para arriba "con todo el resto que les dá de comer" lo que no roban a través de los presupuestos que los mantienen son cosas y procedimientos para profundos estudios sociológicos y de la psicología social, pero hacen a que el ciudadano común -que es el que lo mantiene formalmente- lo sienta muy alejado de la actitud y de la conducta normal que todos tenemos.

8- Muchos nos preguntamos para qué tantas distorsiones personales y sociales, para qué tanto esfuerzo en contra enganchados en "alianzas" en "traiciones" en "cambios de valores hacia un lado y hacia otro" y tantos otros para qués y las respuestas son todas reñidas con lo que el ciudadano del llano espera de su supuestos dirigentes.

9- La suma de lo que podrían ser varios tratados y extensos volúmenes sobre el comportamiento de nuestros políticos, y de los "políticos en general", responden a todos los por qués de las situaciones socio-institucionales que se viven a nivel nacional e internacional.

Nada queda excluído cuando comparamos lo que nos pasa, lo que necesitamos, lo que no conseguimos o lo que conseguimos pero que no necesitamos; cuando consideramos la desigualdad del esfuerzo humano, la ruptura de los patrones naturales y de relación con la tierra, la vehemencia con la que muchos se largan simplemente para destrozar cualquier tipo de patrón natural o de "simple" sentido común, todo ésto, y todo el resto, es producto de meternos a todos y meter toda nuestra comprensión del mundo "institucional" - mundo comprendido como querido y necesario para la convivencia con nuestros semejantes- dentro de lo que es "la caja negra del manejo delincuente político institucional".

De esta caja negra salen los conflictos, las necesidades insatisfechas por generaciones, las guerras por nimiedades, las incongruencias de todo tipo, los desfazajes emocionales sociales, los manejos de tiempos que se transforman en eternos e infinitas esperas, las esperanzas siempre desesperanzadas y la pobreza del mundo, o dicho sea mejor, la riqueza de los muy pocos y la pobreza de los demasiados muchos, si vale la expresión.

En fin, pero no lo último, la responsabilidad del ser político -ya no hablemos de ser ideológico, que ya no existe más dentro del área que nos incumbe- del ser político institucional es absoluta, total y solidariamente compartida por una actitud y conducta delincuente de sus miembros, todo y todos, en contra de los que, paradójicamente, les "entregan el visto bueno" para seguir delinquiendo y abusándose del mandato entregado, el ciudadano que los vota.

¿ Delincuente político ? Póngale usted su propio cascabel.

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