La recomposición, entonces, de los Roles Ciudadanos, es un must inmediato y fundamental, y se inician con los entrenados a la comunidad a través de las Redes Ci y de las Redes Intel son: Integrador, Coordinador, Educador, en un primer triángulo de relación, y en un segundo nivel o triángulo de relación se encuentran el Periodista, el Disertante y el Ejecutivo.

Con roles bien definidos, con conceptos bien definidos, con niveles de movilidad bien definidos, con procedimientos y procesos sociales, institucionales y políticos bien definidos y en definitiva con una política social de instrucción y de educación a todo nuestro pueblo bien definida, honesta, sincera -pero verdaderamente sincera- y liberal -utilizando la palabra no como abuso al prójimo por el imperio del billete sino como máxima expresión de libertad individual y de independencia personal proyectada al orden social por medio del respeto y de la consideración mutuas- se van a evitar todas esas sensaciones y efectivos robos, de todo tipo, que los argentinos estamos sufriendo.

Robar es quitar o tomar para sí con violencia lo ajeno. Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo, y exactamente ésto es lo que sentimos todos los argentinos cuando evaluamos nuestra relación personal con lo público, con lo colectivo, con lo social, con lo institucional. Sentimos y vemos que nos roban en cada instancia, y tratamos de evitarlo. De aquí la desobediencia civil y cultural tan enormemente generalizada, y desde mi punto de vista totalmente saludable, que estamos viviendo en nuestra sociedad. Ese escepticismo que mantenemos los argentinos en todas las instancias de nuestras relaciones es el resultado muy saludable de defensa que produjimos ante los abusos del poder público, ante las mentiras de los políticos y ante la ingerencia en las relaciones privadas de patrones impuestos de la subcultura del funcionario público.