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¿¡QUÉ TE HEMOS HECHO ARGENTINA !?

Comparando un Ideal Realizado

con una Realidad Idealizada

 

Usted, lector/a, imagínese, solo con todo este problema, porque en estas cosas de la vida nadie lo puede ayudar, imagínese usted pasando por la escuela, la universidad, viviendo por todo el mundo yendo de centro académico a centro académico, leyendo miles de libros de moral y de ética, de organización y de administración de sistemas, de ideales y de realidades a conseguir. Imagínese usted horas y noches de charlas, de discusiones y de escuchar a gente que sabe mucho, como miles de veces le habrá pasado junto a los suyos. Imagínese estar frente a profesores, que le enseñan, frente a gurúes, que le enseñan, frente a rabinos, que le enseñan, frente a monjes, que le enseñan, frente a filósofos que le enseñan; porque uno está abierto a aprender, y aprende.

Imagínese una vida buscando la verdad, buscando aquello que uno piensa que es Su Ideal, copiando el ideal de otros grandes hombres y grandes sabios, leyendo nuestra historia y la historia de otros pueblos, comparando, comparando y aprendiendo; y alguna que otra vez, largarse a enseñar, a tímidamente aconsejar y mostrar. Y fueron más de 40 años haciendo lo mismo. Y hoy me estoy peleando a trompadas con un vecino que es "juez", que viene con matones y que tiene todo el "aparato judicial" defendiéndolo y dejándolo hacer mil barbaridades. Y un Mutis total y absoluto. Yo Solo. Mi Madre Sola.

Y ese domingo en que uno ya no sabe que hacer, abro mi Libreta de Enrolamiento, la que ya me robaron con todas - absolutamente todas- mis cosas y veo, como tantas otras veces lo leí en el exterior, el Himno Nacional completo. Y la tentación no se hace desear. Pienso y digo nuestros hombres de antes tenían un ideal y buscaban su realización, nosotros casi doscientos años después vivimos una realidad que idealizamos y surge:

¿¡ Qué te hemos hecho Argentina !?

Comparando un Ideal Realizado

con una Realidad Idealizada.

Solo le pido una cosa,

léalo varias veces y de distinta manera: lea las estrofas en cursiva solamente

(que es nuestro Himno Nacional)

y después las negritas

(que es lo que vivimos actualmente),

lea verso a verso entre cursivas y negritas, y va a sentir cómo cambian sus estados de ánimo entre ideal y realidad.

 

Coro

Sean eternos los laureles

Que supimos conseguir

Coronado de gloria vivamos

O juremos con gloria morir.

Coro

Sean eternas las discordias

Que nos dejamos imponer

Coronados de infamias vivimos

y sentimos con angustias morir.

Oíd ¡ mortales ! el grito sagrado:

¡ Libertad, Libertad, Libertad !

Oíd el ruido de rotas cadenas:

Ved en trono a la noble igualdad.

Se levanta a la faz de la tierra

Una nueva y gloriosa Nación:

Coronada su sien de laureles

Y a sus plantas rendido un León.

Coro, bis.

Callad, ¡ mortales ! el grito apagado

¡ Sumisión, Silencio y Sinrazón !

Callad el ruido de eternas cadenas:

Ved con espanto la corrupta imposición.

Se acalla sobre la faz de esta tierra

Un pobre pueblo que no supo despertar

Coronando su sien de mentiras

De calumnias, de robo y corrupción.

Coro, bis.

De los nuevos campeones los rostros

Martes mismo parece animar;

la grandeza se anida en sus pechos,

A su marcha todo hacen temblar.

Se conmueven del Inca las tumbas

Y en sus huesos revive el ardor,

Lo que ve renovado a sus hijos

De la Patria el antiguo esplendor.

Coro, bis.

De los pobres corruptos los rostros

Cada uno se encarga de ocultar;

La Codicia se anida en sus pechos,

A su paso todo hacen temblar.

Se revuelcan patriotas en sus tumbas

Y sus huesos se pudren con hedor,

Lo que ven arrastrarse a los hijos

De la Patria hundida en sumisión.

Coro, bis.

Pero sierras y muros se sienten

Retumbar con horrible fragor;

Todo el país se conturba por gritos

De venganza, de guerra y furor.

En los fieros tiranos la envidia

Escupió su pestífera hiel,

Su estandarte sangriento levantan

provocando a la lid más cruel.

Coro, bis.

En edificios y oficinas se escucha

Retumbar con horrible intención;

Todo un pueblo aceptando la huella

de la opresión, el abuso y corrupción.

En las mentes tan pobres la envidia

De no ser parte de tan vil opresor,

A paladas y desprejuicio levantan

Sus migajas de sucio tenor.

Coro, bis.

¡ No los véis sobre Méjico y Quito

Arrojarse con saña tenaz.

Y cual lloran bañados en sangre

Potosí, Cochabamba y La Paz !

¡ No los véis sobre el triste Caracas

Luto y llantos y muerte esparcir !

¡ No los véis devorando cual fieras

Todo pueblo que logran rendir !

Coro, bis.

¡ No los véis con sus Trajes y Leyes

Arrojarse con saña tenaz.

Destrozando con baños de sangre

Por cobrar y robar con traición !

¡ No les véis sus tristes semblantes

Luto y llantos y muerte esparcir !

¡ No les véis devorando a su paso

A todo un pueblo que lograron rendir !

Coro, bis.

A vosotros se atreve ¡ Argentinos !

El orgullo del vil invasor.

Vuestros campos ya pisa contando

Tantas glorias hollar vencedor:

Más los bravos que unidos juraron

Su feliz libertad sostener,

A esos tigres sedientos de sangre

Fuertes pechos sabrán oponer.

Coro, bis.

A vosotros se atreven ¡ Carneros !

El orgullo del vil corruptor.

Vuestros campos y casas en juego

Ante el paso del funcionario traidor:

Más los otros que en silencio juraron

Apañar, liberar y dejar

Que estos inmundos traigan y regalen

El fruto de su sangrienta amistad.

Coro, bis.

El valiente argentino a las armas

Corre ardiendo con brío y valor,

El clarín de la guerra cual trueno

En los campos del Sur resonó;

Buenos Aires se pone a la frente

De los pueblos de la ínclita Unión,

Y con brazos robustos desgarran

Al Ibérico altivo León.

Coro, bis.

El sumiso argentino resignado

Calla, esconde, su caído valor.

El silencio de su callado rebuzne

En su hogar y en escuelas caló;

Todo el Mundo Impertérrito observa

El desmembrarse de la otrora Unión

Y con fuerza y viveza se quedan

Con la sangre de burdo tenor.

Coro, bis.

San José, San Lorenzo, Suipacha,

Ambas Piedras, Salta y Tucumán,

La Colonia y las mismas murallas

Del tirano en la Banda Oriental:

Son letreros eternos que dicen:

Aquí el brazo argentino triunfó.

Aquí el fiero opresor de la Patria

Su cerviz orgullosa dobló.

Coro, bis.

Ni Catamarca, ni Arroyos, ni Mardel

Ni la muerte, violación o traición

Rompen gruesas conciencias corruptas

De tiranas cadenas de miedo y dolor.

Son affiches de eternas mentiras;

Y mensajes de falsa ironía,

Los que mueven a un pueblo a la vaga ilusión

Y a ser sumido en callada misión.

Coro, bis.

La victoria al guerrero argentino

Con sus alas brillantes cubrió,

Y azorado a su vista el tirano

Con infamia a la fuga se dió;

Sus banderas, sus armas se rinden

Por trofeos a la Libertad,

Y sobre alas de gloria alza el pueblo

Trono digno a su gran majestad.

Coro, bis.

La derrota del ser argentino

Evidente, brilla sin fulgor

Y azorados observan sin un dejo

de inquietud, de reacción, con dolor.

Sus banderas de orgullo se rinden

Ante el embate del Aparato Opresor

Ya ni alas, ni glorias, ni sueños

Alimentan su lamentable existir.

Coro, bis.

Desde un polo hasta el otro resuena

De la Fama el sonoro clarín,

Y de América el nombre enseñando,

Les repite: ¡ Mortales ! Oíd:

¡ Ya su trono dignísimo abrieron

Las Provincias Unidas del Sud !

Y los libres del mundo responden:

¡ Al Gran Pueblo Argentino, Salud !

De una conciencia a otra se pasan

Mil tromoyas, mil fantasías mil,

Y de América somos hoy día

Un lejano y olvidado país...

¡ Ya su trono dignísimo abrieron

Las Provincias Unidas del Sur !

Y los libres del mundo responden:

¡ Al Gran Pueblo Argentino, Salud !

Debemos retornar al ideal de

nuestros padres

¿ Qué te hemos hecho Argentina ?

¿ Qué te hemos hecho Argentina ?

¡ Qué te hemos hecho Argentina !

¡ Qué te hemos hecho Argentina !

¿ Qué te hemos hecho Argentina ?

¡ Qué te hemos hecho Argentina !

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