Cuando Sudáfrica después de siglos de discriminación, segregación y racismo, significados en Apartheid, dejó de lado el sendero de la ignorancia y transita el difícil camino de la recuperación humana moral y ética, los argentinos aún, hasta ayer nomás, dejamos que se haga honor a una tradición que llevamos invertida en nuestro nombre nacional.

Dejamos los argentinos de hoy que el sistema institucional y político siga actuando impunemente contra grupos humanos muy bien definidos por sus calidades y necesidades.

Primero fueron los negros, porque eran negros; después los aborígenes, porque eran indios; después los gauchos, porque eran sucios y libres. Ahora son los pobres, porque son pobres, los jubilados, porque no tienen derecho a quejarse: las madres y abuelas de Plaza de Mayo porque hacen mucho ¡ escándalo !; las familias copetudas, ¡porque de qué se las tiran !; los del campo... los que trabajan... y los que sufrimos día tras día y nos volvemos a esperanzar noche tras noche.

Ya quedan muy pocos ciudadanos argentinos libres del estigma de la discriminación, de la actitud de segregación y del racismo que el sistema institucional y político fascista y despótico escupe a troche y moche de manera cotidiana cuando como individuos comunes vamos a requerir de algún servicio público.

No hace falta tener ojos de lince ni una visión mental muy aguda para ver que SI hay un tipo de individuos que se salvan de cualquier tipo de "sospechas", aunque se les griten las acusaciones y se los pruebe en falta grave, gravísima.

Y da la "casualidad" que son todos sujetos del mismo pozo. funcionarios públicos políticos. políticos, jueces, abogados comprometidos con el sistema, ministros, en fin, "todo aquél que acaricia una función pública que lo protege y ampara".

Inmunidad, les da el sistema jurídico-legal; impunidad, la asumen para transformarse en delincuentes políticos y judiciales, y no se duelen ni molestan por el sufrimiento de la sociedad argentina toda, porque las justificaciones que dan a sus hijos, nietos y amigos -que son los que disfrutan de la bonanza de sus robos al Pueblo Argentino Todo- son aceptadas, en silencio.

Somos 33.000.000 de argentinos en el país y 7.000.000 de compatriotas autoexiliados, que decidieron salirse de este sistema institucional corrupto y prostituído por delincuentes de la peor calaña, aquella que se escuda en la justicia y en la ley y en la democracia y en el orden, para cometer todo tipo de atropellos contra la humanidad... aquellos que hablan de los derechos humanos y sistemáticamente están comprometidos con la droga, con la prostitución y el juego como si fuera la cosa más normal de una vida decente..., que día a día quieren representar, y para colmo del relajo que nos dejamos imponer... encima tiene el tupe y la cara, y falta total de vergüenza, para llorar "lágrimas de cocodrilos" frente a las cámaras y micrófonos que aún les facilitan explotando el dolor de un pueblo aún vivo, presente y activo, que como fieles a la tradición institucional, tratan simplemente de EXTERMINAR.

Señores políticos, Señores jueces, Señores funcionarios públicos...

¡ Júntense, aún más !

Porque somos muchos argentinos sinceros, decentes y que ya tomamos conciencia como para que nos puedan ganar

¡ Nos vamos a seguir viendo hasta el ‘95 !

y entonces vamos a ver quienes detentan verdaderamente el poder y son los dueños del país.

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