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  Marcando la huella

¿ Políticos ? NO. ¿ Gobernantes ? NO. Son Traficantes de Influencias.

¿Políticos? NO. ¿Gobernantes? NO.

Son Traficantes de Influencias

Una percepción exacta de qué son y para qué actúan los agentes públicos nacionales

Cuando uno observa el drama cotidiano de la desintegración nacional, lee y escucha mil apreciaciones -todas ciertas- respecto a cómo y qué se debe hacer, cuando las culpas sobre otros y sobre nosotros mismos vuelan por doquier uno se pregunta: ¿ y las responsabilidades ? ¿ quiénes son responsables ? Y otro mundo de idas y vueltas se suman a esos millones de opiniones.

Culpas no son responsabilidades. La primera surge de la presión de valores y de principios morales y éticos aplicados sobre las acciones propias y/o ajenas. Cada ciudadano tiene su propio marco de valoración y su propio sentimiento de culpa respecto a los acontecimientos públicos y de cómo se relaciona "valorativamente" con ellos.

La responsabilidad del ciudadano al quedar "despegado" del gobierno y de las decisiones inmediatas públicas -por eso de que delibera y gobierna solo a través de sus representantes- se aleja de la misma manera de la valoración que debe hacer de sí mismo en relación a los actos de gobierno. El soberano cumple con sus obligaciones cívicas inmediatas -más o menos de lo que considera que debe cumplir- pero no es responsable y "tampoco asume culpas" respecto a las obligaciones de gobierno y a las decisiones que en este se toman.

¿ Dónde se produce el quiebre y se cae al vacío de culpas y de responsabilidades del drama cotidiano al que hemos llegado ?

En que para ser "responsable" -responsabilidad como uno de los tres atributos de "un cargo" (función-autoridad-responsabilidad)- uno DEBE ASUMIR UN CARGO. Y ¿ quiénes asumen los cargos públicos ? Solo algunos ciudadanos: los políticos. Y en dónde militan los políticos: en Partidos Políticos. Entonces: responsabilidad de los resultados de gobierno quedan muy bien delimitadas en los sujetos que asumen los cargos de dirección y de decisiones de los organismos públicos -como individuos- pero pueden perfectamente asociarse esos "bolsones de responsabilidades compartidas" al "semillero" de dónde "comen" todos los individuos de mismas extracciones: los partidos políticos.

ERROR, error, error, el punto no pasa solo por las culpas, por las responsabilidades, ni por el ciudadano, ni por el agente público, ni por la legislación que ordena tal o cual cosa; la cosa es mucho más sencilla, hay un aparato público que debería responder "al público" y hay un agente público que debería activar el aparato público para el público. Cada ciudadano busca su bien particular y el aparato público debería buscar el bien general, lo que se llama el bien común. Entonces cuando el agente público -el político- no tiene intenciones de buscar el bien común porque busca su bien particular -o de su grupo inmediato de colaboradores- deja de ser político. Digamos que "político" es una persona que sabe, comprende y media con justicia y equidad los intereses de muchos en bien de todos, de La Nación, de Su Pueblo, y tampoco es gobernante porque gobernante es el que gobierna para el bien común de muchos habiendo sido "delegada" su responsabilidad y autoridad por esos muchos para cumplir con ese FIN por sobre todas las cosas.

Si no son gobernantes y no son políticos ¿ qué son ? Traficantes de Influencias. El país -y toda América Latina, nos aventuramos a decir- NO ha tenido ni gobernantes ni políticos, está así porque solo a tenido "traficantes de influencias".

No es la falta de trabajo o "lo vago que somos" -como dicen muchos- no es la falta de riquezas -porque vemos cómo SI se transforman los pocos en ricos y como SI se exportan todas nuestras riquezas (inclusive el pan que nos hace falta), es simplemente que durante décadas -tal vez siglos- no hemos tenido gobiernos, ni ideologías propias que sustenten a políticos genuinos- y ESO es desgobierno de lo público y es "piedra libre" para la voracidad de algunos pocos. Consecuencias: un continente en crisis y abierto a la rapiña de estos "traficantes de influencias".

Recuerde Usted no vota a "futuros gobernantes", no vota a "políticos", usted va a votar -si se le ocurre votar (algo que no recomendamos en 1x1)- a TRAFICANTES DE INFLUENCIAS, lo mismo que si votaría para tener una sociedad más sana a traficantes de drogas, a traficantes de oro, y a tantos otros. Su "voto" es una llave más para que tengan más influencias y las negocien, no es para el bien común, ni jamás fue para el bien de la nación ni de nuestro pueblo. Los resultados estuvieron y están a la vista. Ahora, que uno sea ciego o que sea parte o quiera ser parte de ese "tráfico de influencias", ESO es otra cosa.

Prof. Mauricio Jorge Yattah Bs.As. 4 de marzo de 2003

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