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9 - DELINCUENTE JUDICIAL

La extorsión, el chantaje, el manejo de los medios del sistema jurídico-legal en beneficio propio y en perjuicio del ciudadano que requiere del servicio de justicia, y todas sus otras formas, se produce por un tipo de sujeto judicial al que debemos nombrar: delincuente judicial.

Dentro de los universos de Corrupción y de Maltrato Público, que trataremos en detalle más adelante, se pueden conceptualizar varias distintas figuras que hacen a la corrupción y al maltrato público, y la más importante de ellas es el sujeto que las produce.

El delincuente judicial es un miembro del poder judicial y/o de la actividad independiente de alguna de las profesiones del derecho que utiliza su profesión habiendo separado y subvertido perfectamente esencia y forma.

Esencia valor y principios, moral y ética, ecuanimidad y equilibrio, respeto cierto y consideración sincera hacia el ciudadano.

Forma las leyes, los procedimientos, los resultados y los rendimientos, etc.

¿ Qué sucede cuando un individuo cambia la razón de ser de su relación con la profesión, dejando de buscar la justicia y "resolver los conflictos" para buscar solo el rendimiento económico y "explotar el conflicto" ?

Lo que sucede es que todos los valores y elementos intermedios también se subvierten. Un martillo sirve tanto para unir vigas y construir una viviendo como para matar a una persona.

Ha cambiado el sistema jurídico-legal, estructurado para darnos justicia a todos, por un sistema jurídico-económico donde utilizando la forma y encubriéndose en la esencia busca su beneficio propio económico, al margen que pueda o no, como elemento secundario, cumplir con el servicio de justicia.

Así la amabilidad del juez al recibir a las partes se transforma en una conducta extorsiva y de chantaje encubierto, porque mientras las partes van sinceramente a solicitarle que interceda en el conflicto, el juez tiene "dobles pensamientos" y "dobles intenciones" en el asunto.

Llevado este simple ejemplo al plano de la supervivencia de cada judicial dentro de cualquier tribunal, el hecho se multiplica por millones.

Desde hace tiempo siempre hago la misma pregunta para tantear el grado de dispersión moral y ética que un ciudadano cualquiera idealiza de un juez preguntando: "En un juzgado penal se reciben de 700 a 1400 causas por año, para usted, un juez corrupto es el que se vende en cuántas causas ? En 1 en 50 o en 700 ?

No existe sino una sola respuesta de todo el mundo es corrupto inclusive si se vende en UNA.

El margen de evasión y/o elusión que tiene un Juez en su función es Cero. Es decir que el ciudadano espera que el juez no cometa absolutamente ningún manejo con doble intencionalidad ni premeditación.

Cuando se designa a un funcionario público como juez, esta designación es de por vida -mientras dure su buena conducta, etc. (situación que ya dijimos no es juzgada por nadie, excepto raras excepciones)- por éso, porque es una designación de por vida, un juez es juez en actitudes y conductas durante 24 horas al día los 365 días del año por el resto de sus días de actividad. Ese es el sentir y la lógica del ciudadano, que no está errado en absolutamente nada de su apreciación.

Cualquier desviación del compromiso moral y ético de un juez dentro y fuera de los tribunales es... cuestionable y reprochable.

Pensemos en lo separados que están los extremos de lo que un ciudadano piensa y siente respecto a lo que es un juez con la realidad actual que vivimos.

Entre la evasión lisa y llana y la elusión encubriendo actos delictivos se produce una infinita cantidad de variantes que nos demuestran tanto lo complejo como lo simple que es la identificación del Delincuente Judicial ya que en su calificación se plantean solo los términos absolutos: o es ó no es.

Así, con esta apreciación, es importante que todo funcionario público judicial lo mismo que todo profesional del derecho sepa que .la protección que tenían hasta hace un tiempo, cuando el tema de La Justicia no estaba en el tapete público y trataban solo "caso" por "caso", y así cubrían cualquier tipo de manejo y "error", hoy ya no la tienen.

Este punto es sustancial porque la agregación de desfazaje y manejos judiciales es en un solo sentido: en más y hacia mucho más. Y esta tendencia no puede por el simple hecho de publicitarnos justicia, torcerse.

El judicial que se sabe delincuente judicial no tiene más que una sola salida posible ante la sociedad argentina, corregir sus actitudes, conductas y sentimientos hacia su profesión y hacia el servicio de justicia al ciudadano y "en cada oportunidad de su actividad" no solo ser honesto y bien intencionado sino también parecer veraz, cierto y desinteresado. La carga pública de prueba social en su contra es muy grande y solo con una verdad absoluta expresada sin voluntad ni sentido de doble intención puede ser sobrellevada su profesión.

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