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5 - EL MERCADO DEL
        CONFLICTO

Quienes se benefician con este tipo de manejos de las estructuras públicas especialmente son los funcionarios que están dentro de estas estructuras, junto con aquellos ciudadanos que quieren abrirse camino de cualquier manera y con cualquier tipo de negociación para "salvar los escollos que la administración pública en todas sus áreas y niveles le presentan".

El Mercado del Conflicto es el mercado económico-financiero que regula la compraventa de justicia cuando surge un conflicto entre dos o más ciudadanos y éstos requieren la resolución del mismo a través del Poder Judicial.

Si consideramos que el presupuesto nacional para el poder judicial es de aproximadamente unos 750 millones de dólares anuales y que los casos de corrupción pública se cuentan por millares, comprendiendo como corrupción nuestra definición y no lo que vulgarmente se llama coima, que es una simple resultante del acto de corrupción, podemos inferir que el manejo económico-financiero que se produce a través del Mercado del Conflicto es de montos y proporciones impresionantes y que exceden con creces los 750 millones formales de erogaciones presupuestarias nacionales.

Una publicación de difusión nacional tomó los montos de tan solo 15 casos de operaciones públicas en las cuáles por el tipo de operación y las condiciones y montos de las mismas "quedaba muy expuesta la honorabilidad y corrección de las operaciones", caso de los guardapolvos, de Ezeiza, de la venta de Ferrocarriles, etc., tan solo 15 casos de supuesta corrupción. Esos 15 casos sumaban un monto de 6.742.000.000 de dólares, si se considerara tan solo el 10% de "comisiones" para hacer legalmente inviable una denuncia pública a través del aparato judicial, tendríamos ya casi la duplicación del presupuesto nacional en justicia 674 millones más a los cobrados anualmente, que por supuesto salen de la riqueza nacional y calladitos calladitos entran "en otro tipo de bolsillos nacionales". Y ésto en ¡ tan solo 15 casos de corrupción y manejos financieros públicos ! y solo a nivel nacional, piense en los manejos provinciales, municipales y las dimensiones del Mercado del Conflicto asume proporciones mamúticas.

Si a ello le agregamos, por ejemplo, los arreglos para comprar a precio vil los bienes liquidados en "subasta pública" de los remates judiciales, negociados todos por la Liga de compradores de remates judiciales, que funciona a nivel nacional y en todos los departamentos judiciales del país, tenemos otra monstruosa diferencia que se canaliza dentro del mercado del conflicto, en contra de la riqueza argentina productora de bienes y servicios útiles y a favor de la corrupción y el manejo institucional de la delincuencia judicial y política.

Podría enumerar muchísimos más "nichos" que aportan y son parte del Mercado del Conflicto, pero no vienen al caso la enumeración taxativa ya que cualquiera que lea las crónicas diarias puede puntualmente agregar. Los ejemplos valen para mostrarnos las enormes dimensiones de esta especulación de la justicia en contra del Pueblo Argentino Todo.

Hay que comprender que la dispersión está generalizada en todas las jurisdicciones en donde tiene influencia y participación la autoridad de la estructura y comienza a funcionar cuando surgen confrontación de intereses y en el momento de darle intervención a la autoridad para que medie en el conflicto, es decir que "somos los mismos ciudadanos" los que activamos el mecanismo de corrupción, a través de la necesidad de justicia.

Afortunadamente hemos dejado de recurrir a ella en proporciones como las antes mencionadas un 90% de casos de delitos sin denunciar, casos ocultos, y seguramente en la misma proporción en casos que deberían presentarse ante los fueros civiles y comerciales y laborales, en especial.

Este manejo delictivo de las estructuras públicas les permite mantenerse en la vanguardia de los negocios del país, cuando en realidad debería ser de exclusiva incumbencia de los particulares, en todas las áreas de la creatividad y producción social.

La elefantiasis jurídico-legal es por otro lado lo que habilita y legaliza el proceso y manejo extorsivo de la sentencia judicial. Complicándose y transformándose en absolutamente amoral debido al nivel de pobreza de los distintos mercados nacionales y en donde se llega a "literalmente vivir" y robar la pobreza ajena.

Y por último se ha desfigurado de tal manera el leit motiv de las profesiones del derecho que la corrupción ha afectado a las mismas raíces del por qué y el para qué de las mismas, rompiendo todo ideal de realización y todo ideal de proyección a aquellos estudiantes que ingresan con una evidente "vocación de servicio comunitario" expresada a través del derecho. Así, es natural para todo hombre del derecho u hombre político u hombre institucionalizado: robar, "arreglar" aquí y allí, "meter chicana", "extender los plazos en casos de máxima desesperación", en fin jugar con cartas sucias y marcadas en contra el cliente cuando éste se presenta honesta, decente y sincera-mente a cumplir con su función de ciudadano porque "así" lo dice la norma o así lo dicta su propio derecho.

Un tema muy interesante es cómo a través del permanente clamar y exigir público los miembros de "la justicia" solicitan más y más presupuestos para sus propias áreas, ésta actitud tiene dos funciones, primero blanquear sus niveles de vida que evidentemente están influenciados por los "retornos del mercado del conflicto" y segundo conseguir una mayor tajada "formal" presupuestaria de influencia en relación a los otros dos poderes.

En el primer caso se haría mucho más que evidente, que un juez gane chirolas y que con ellas viva como un rey, pero cuando el juez se aproxima a un sueldo "manejable", es decir de un monto que le permita tener y disponer de una variada "alternativa de gasto e inversión", la cosa cambia ya que desaparece la pauperrización -pobreza y falta de alternativa de compra- y la variedad de alternativas hace que el ciudadano común deje de observar, salvo lo muy evidente, lo que el juez tiene, lo que gasta o lo que invierte ya que con un "sueldo decoroso" puede mostrar un nivel de vida más amplio y "decoroso".

Por supuesto que no estoy haciendo una apología de la reducción de los sueldos del agente judicial para "descubrir" si vive o no vive de sus "paquetes financieros venidos del mercado del conflicto", simplemente estoy planteando cómo la "óptica popular" es distorsionada -deja de ver los countries, los viajes al exterior, los coches de fin de semana, la educación privada de sus hijos en el exterior, etc.- cuando un juez gana un sueldo aceptable, como naturalmente le debe corresponder.

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