Con varios puntos que tratamos fuimos viendo como el manejo “racional” de una segunda lengua inhibía, coartaba, potencias innatas de las personas a quiénes enseñamos segundas lenguas. Entre esas “castraciones racionales” están una enorme variedad de elementos de coordinación psicofísicas que “porque el intelecto es lo más importante que se planteaba para aprender un idioma”, éso y solo éso era lo que había que priorizar, en primero, segundo e infinitos lugares; el resto era harina de otro costal, estaba fuera del marco del aprendizaje de idiomas no nativos.

Hoy nuestra óptica y por ende nuestra responsabilidad es avanzar sobre un universo nuevo a descubrir que nos obliga a aplicarnos a aprender nuevas técnicas “humanas” naturales y no artificiales para desprender mejor y más efectivamente el habla de nuestros estudiantes.

Cuáles son los elementos a manejar para conseguir que las variables y los “caminos” a un aprendizaje natural y sensible nos lleven a lograr lo planteado son muchos y aún estamos por incorporar muchos más.

En principio la Coordinación PsicoFísica nos muestra dos partes:

1- la de la coordinación personal, individual

2- la de la coordinación de grupo, con el o los interlocutores.

La primera es que el estudiante aprenda a coordinar elementos como: la lectura, los ojos, la respiración, la pronunciación, la transferencia de lo leído a la boca, una coordinación rítmica de lo dicho, un manejo de los espacio de silencio y sonido propios, una internalización del proceso sensible de “lo dicho”, el impacto que produce decir algo “así” y a continuación decir “otra cosa asá” que estén o no inteligiblemente encadenadas, y muchos otros elementos más de coordinación psicofísico-intelectual.

En el marco de la coordinación de grupo los elementos a considerar son: el manejo de los silencios y los sonidos, la coordinación de los espacios de respeto en el decir del otro y el responder de uno, las mimetizaciones en el hablar, las inflexiones de cada uno para expresarse en el flow semántico con el otro, y muchas otras.

Todos estos elementos y muchos más que “iremos descubriendo” a través de un trabajo de investigación, ahora, conjunta, nos va a llevar a desarrollar mucho más el Método Fusión.

Para facilitar el manejo de estas dos variables de coordinación psicofísicas la técnica que utilizo es la del manejo horizontal y del manejo vertical en la ejercitación de las armonías, extendiendo su potencia al resto de los ejercicios de pronunciación.