Dije que el Proceso de Comunicación que encaramos tiene la siguiente forma:

en este título voy a contarles una experiencia que realmente me pasó y que “así por así” me iluminó mucho en la comprensión de las conductas y actitudes que separan las “formas” -muchísimas no solo distintas sino diametralmente opuestas- que tenemos los occidentales de los orientales, y viceversa, para pensar, para ver el mundo, para actuar, etc.

Una noche, mientras estudiaba para la facultad, en la función transnoche mirando como terminaba un capítulo de la serie Kung Fu, Quan Chai Kein, cuando ya había limpiado de malechores a todo el oeste y salvado a la rubia dejándola totalmente “enamorada” de tan dulce, fuerte y humilde personaje se estaba retirando, con su tradicional paso cansino -después de tan arduo trabajo de limpieza humana- se aleja por el camino de tierra que lo guiaba a “ninguna parte”. Cuando ya lejos, pero no tanto como para escuchar la dulce vocecita de la despampanante rubia, ésta le pregunta, todavía perpleja y deseosa, - “¡ Quan Chai ! ¿ Cómo puedes ser como eres ?” La respuesta del personaje, venida de las enseñanzas buddhistas - a pesar del nombre de la serie- fue como una bomba a mi consciencia y una luz que me abrió al mundo de la comprensión de por qué las actitudes que asumimos los occidentales y por qué la de los orientales.

“Será tal vez porque trato de comprender las preguntas en vez de conocer todas las respuestas”.

Por el impacto que esta sentencia produjo en mí para comprender la actitud de las distintas sociedades del mundo al confrontar, actuar y comportarse en función de la existencia, vivida o acontecida, por igual, simplemente y de acuerdo al desarrollo intelectual que produjo en mi persona, es que valieron todas las horas en que uno “perdía” su vida enganchado en el “chupete electrónico”. Esta sola afirmación requeriría de gruesos volúmenes de estudios de las multidisciplinas sociales.

El cuadro de Realidad-Pregunta-Respuesta -que te presento aquí- que había armado unos dos años antes de ver a Kung Fu, cuando presenté un trabajo que se titulaba: Un Método para la Redacción, Lectura e Interpretación de la Norma Tributaria; de pronto tuvo sentido absoluto y enganchaba la sentencia escuchada como anillo al dedo en la comprensión de un enorme universo de relaciones de comunicación.

Así, dos mundos: diametralmente opuestos en conductas, actitudes y comunicación con sus semejantes, encontraban un punto común de comprensión del por qué, del cómo y del para qué funcionaban en esos términos tan polarizados entre sí cuando encaraban un asunto, cuando tomaban decisiones, cuando actuaban en consecuencia.

Aunque nos extendamos más allá del tema tratado es bueno que me explaye un poco respecto a cómo este dicho afecta globalmente el mundo de occidentales y de orientales.

En el caso de los primeros al ir permanentemente detrás de resultados, de respuestas y de darle forma y justificación a las cosas, aún a las absolutamente incomprendidas, se produce por esta actitud un derroche y despilfarro de una enorme cantidad de elementos y energías que nos llevan a comprender, ahora sí, el por qué de los desperdicios de recursos físicos y humanos que produjeron las revoluciones industriales, y tecnológicas en estos últimos siglos. Actitud a la cual, lamentablemente se ha unido parte del mundo oriental.

El meditar las preguntas, en el segundo caso, lleva a una más medida, justa y correcta actuación y realización de todo tipo de variables.

Así el manejo de este cuadro que les presento de Realidad-Pregunta-Respuesta es de fundamental importancia, no tan solo para enseñar el coloquio a estudiantes de segundas o sucesivas lenguas, sino para realmente interpretar y llevar adelante un proceso intelectual y de vida superior; más moral, ético y meditado en todos los órdenes de nuestra existencia compartida.