Estimado lector: en general, el buen tino social aconseja: no poner todos los huevos en una misma canasta, muchas veces hasta conviene, especialmente en épocas de crisis como la que estamos viviendo, esconder todos los huevos, no sea que alguien que los necesita... se los robe, o peor aún... los pida prestado situación que implicaría toda una génesis de suspicacias ético-sociales muy compleja de superar... hasta el día en que nos lo devuelva o, por otro lado, quedar enganchados de por vida con «los huevos que nos pidió y que jamás nos devolvió».

La actual crisis mundial, que no necesita presentación ni más palabras que la explique, tiene un fundamento básico: el crecimiento desproporcionado de las instituciones en general, el enquistamien-to de la acción de éstas en cumplir a «rajatablas» con sus objetivos institucionales -el primero sobrevivir- y la potenciación de su encerramiento y aislamiento social por la inyección conceptual del elemento «financiero» como único factótum existencial de equilibrio y permanencia «en el mercado».

Esta situación de relación institución-ser humano la ha transformado en «política» por excelencia alejándola del valor y del principio moral y ético que regla y acciona la actividad del hombre y de la mujer en desarrollo y realización de sus necesidades básicas, físicas, intelectuales, culturales y cívicas.

Esta situación convierte a la «institución», en general, en déspota y hasta extorsionadora del ser humano que debería apañar, cuidar, proteger y potenciarlo para que dentro de su libre albedrío y con máxima libertad e independencia produzca su mejor y mayor crecimiento existencial utilizando su proceso creativo-productivo como eje de movilización.

Pero llega una etapa en la vida del hombre en donde el compromiso personal con lo social no permite «separar los huevos», aunque muchos los oculten o separen pensando que nadie los va a encontrar, así «lo comercial» no debe mezclarse con las ideologías; de la religión y de la política «no se puede hablar» y así, poquito a poco, vamos apoyando «al sistema» encerrándonos -como seres libres, genuinos y originarios, y como fuente y origen de todo lo que existenciamos y creamos, en estas premisas «sutiles».

Lo virtual y la especulación financiera ha suplantado a lo real y al trabajo productivo, asegurarse y luchar «con miedos» por el porvenir ha sustituido al ser histórico y al ser concreto y absoluto del presente real y así al ser humano se lo relega a una posición de que «no importa», ni ella, ni él, ni ninguna de sus funciones o necesidades.

Pero la crisis socio-institucional que vivimos, que excluye a todos, requiere un solo contrapeso para liquidarla, la participación de todos. Y querramos o no y para que la mujer y el hombre cotidianos ocupen el lugar de soberanos que se merecen el hombre argentino debe ser o volver a convertirse en un ser socio-político pleno. Gestando nuevas instituciones, nuevos desafíos e irrumpiendo hacia nuevos horizontes.

Sé, desde lo más profundo de mi ser, que la actual crisis de identidad mundial que estamos viviendo requiere de una participación total en la mayor cantidad de áreas sociales y profesionales posible por parte de cada uno de nosotros para superarla, no hacerlo nos proyecta por generaciones futuras a peores situaciones de ostracismo y esclavitud individual y social y ES la comunicación entre todos lo que aumentará las potencialidades para un cambio hacia un mejor bienestar común y es por ello que he decidido juntar los huevos de mi vocación social con los huevos de lo que ha sostenido financieramente a nuestro movimiento en estos últimos 10 años que pasaron.

Instituto Yattah ES un área de la Fundación Un Mundo Un Pueblo encargada de diluir las fronteras lingüísticas y defender todo tipo de expresión cultural surgida del proceso creativo-productivo de cualquier ser humano siempre y cuando ayude a consolidar la integración humana hacia una cultura y por una civilización mejores y más actual que libere y potence la realización plena de las necesidades de toda mujer y de todo hombre.

Espero que I.Y News nos ayude a comunicarnos mejor, a conocernos mejor, a convivir mejor.