Entonces la "Unión Hallesista Italiana" decidió dirigirse
a Su Majestad el Rey de Italia, Víctor Emanuel III.
Fueron entregadas, en devoto homenaje, todas las
publicaciones hallesistas y después de un oportuno lapso de tiempo fue
perdida la audiencia real.
S. M. el Rey se dignó conceder la audiencia, y recibió a
los dirigentes, departiendo con ellos en largo y cordial coloquio.
Quiso conocer las finalidades, los resultados conseguidos, las
dificultades encontradas ¡pero nada pudo hacer más que formular votos para
un pronto y triunfal éxito!