En marzo de 1923 la "Unione Hallesista Italiana" lanzó a
todos los directores de bancos y a todos los profesores de economía el
Desafío de los Hallesistas Italianos.
Por lo tanto fue depositada en el escritorio del
escribano Venuti, de Roma, la suma de 500.000 liras de oro de aquel tiempo
–correspondiente a cerca de cien mil dólares de hoy-, mientras se invitaban
a todos los economistas y banqueros a destruir los principios científicos y
el valor concreto de la propuesta práctica hallesista, que afirmaba la
posibilidad de la inmediata constitución de la Fundación.
A quien o quienes acertaran dicha demolición de la teoría
hallesista, según la decisión de un jurado, nombrado por el presidente del
tribunal de Roma, se entregaría aquella suma de dinero.
El desafío fue leído e ilustrado en una solemne asamblea en el Teatro
Eliseo, de Roma, y aclamado con vibrante entusiasmo. ¡Nadie contestó!