El examen de las teorías económicas, en el cotejo con la
concepción hallesista de unificación económica mundial, mientras reforzaba a
Trucco en sus convencimientos, atraía a él paulatinamente jóvenes
discípulos, que no estaban satisfechos de la impotencia de la ciencia
económica contemporánea.
Estos invitaban a Trucco a concretar su teoría y su
descubrimiento en una propuesta concreta que tendría que ofrecerse a los
Estados o a los pueblos para llegar a solucionar el problema económico
mundial, que ya había hecho estallar la primera guerra mundial.
A.M.Trucco, como todos los inventores, nunca estaba
satisfecho de su obra y cada día practicaba nuevos perfeccionamientos, que
le convencían de la necesidad de no darla a conocer todavía.
El Estatuto de la Fundación Universal Hallesint –que el
gobierno fascista secuestró, como todas las otras publicaciones, apenas
publicadas- fue redactado y articulado en 1933 –N. Manetti Cusa; Statuto
della F.U.H.- en neto contraste con la voluntad de Trucco, y en verdad las
cláusulas de emisión de los cheques Hallesint y de los bonos Hallesint
fueron definidas y formuladas en divergencia con sus normas, y, en cambio,
en conformidad con la Economía Racional –explicación científica del
Hallesismo-; pero sería profanación imperdonable, afirmar que esta
divergencia disminuya, atenúe o ensombrezca el nombre de A.M.Trucco al cual,
exclusivamente, debemos la concepción de la Fundación Universal Hallesint,
gloria italiana, faro de la humanidad.
La vida de A.M.Trucco fue dedicada a una idea. Para ésta
él vivió, luchó, sufrió y a ella dedicó cada latido, cada pensamiento, cada
instante de su vida.
A él, en vida, la humanidad no dejó de procurarle el martirio, que ella
fatalmente reserva para sus hijos más grandes y dilectos.