4 - PROCLAMA UNIVERSAL PARA LA DEFINITIVA CONSOLIDACIÓN EN
UN MUNDO UN PUEBLO

Ciudadanos del Mundo, sobre la base que jamás hemos visto una frontera real en el límite político entre países, establecimos UN MUNDO en el nombre de nuestra Fundación y ésto significa que las fronteras políticas no existen y que debemos trabajar e integrar fronteras humanas, culturales, lingüísticas, comerciales: fronteras más flexibles en nuestras relaciones globales.

Sobre la base que las diferencias entre los pueblos aún son motivo suficiente para la discriminación, para la segregación, para la xenofobia y el racismo, establecimos UN PUEBLO como segundo término de nuestro nombre y ésto significa que las diferencias entre los humanos deben cultivarse y servir como semilla para el desarrollo cultural y cívico hacia una potenciación de LO HUMANO y así proyectarnos sin conflictos hacia una convivencia en paz y tranquila.

Y Hoy Aquí junto a ustedes en Un Mundo Un Pueblo levantamos la voz y proponemos universalmente la confluencia hacia la integración.

Una apertura que debemos realizar de lo particular a lo general, de lo individual a lo colectivo, de lo concreto hacia lo ideal y de lo propio hacia lo ajeno.

Y estamos aquí, en CHILE, para decirle a ese mundo, que se cree muchos, que su esfuerzo para la transformación se trunca si el cambio se propone de institución política no representativa hacia institución política de nivel superior mucho menos representativa del sentir y de la voluntad de todos.

Y estamos aquí desde América Latina para decirle a ese pueblo, que se cree distintos pueblos, que si considera que las diferencias son motivo para el conflicto y las guerras va a sepultarse en la historia universal mucho antes de lo previsto, aún publicitando y promoviendo las diferencia entre los seres humanos como reales, encubiertamente, como lo vienen haciendo.

Desde esta tribuna, ventana al mundo de lo humano, presentamos al hombre y a la mujer como la base, el fundamento y la razón de ser de todo tipo de institución. Y proclamamos que toda institución que se proyecte como inútil o extemporánea a la necesidad humana, o como subyugadora de la voluntad y discrecionalidad del SER individual debe necesariamente rever su objeto y estructura, o morir.

El imperio de la institución no es si no representa la raíz humana moral y ética, y no es si no se presenta y vuelve a re-Presentarse como individual, particular y especial, descansando genuinamente en el valor y en el principio humanos.

Pero el imperio del hombre como pareja solo es si se comprende y se sabe completo e íntegro, si se comprende y se sabe total y absoluto y si se conoce y entiende como origen y fin de su existencia individual y social.

Y entre ambos el Ser Humano siempre queda y las instituciones mueren o deben transformarse a la medida de las necesidades del ser social que las crea para servirse de ella y no para subordinarse ni esperar su anacrónica acción.

Y hoy estamos aquí para decirnos que ya es La Hora y que estamos listos para producir El Cambio.

Cambiar nuestras democracias de representaciones no representativas por Democracias de Participación Directa.

Cambiar nuestro deforme capitalismo, infectado por un financismo antropófago del esfuerzo humano y de la gracia de la madre tierra, por un capitalismo de trabajo y producción con límites naturales para su expansión.

Cambiar la institución política extorsiva y corrompida representante de un alguien que ni siquiera conoce, por la institución política del ser humano presentante del sí mismo.

Cambiar la forma de la institución luchando por su propia supervivencia a costa del sacrificio de humanos y de las riquezas del mundo, por la institución esencia, resultado y reflejo del desarrollo humano.

Es Hora de Cambios y estamos aquí como

Un Mundo Un Pueblo para entregarles nuestras vidas...

para seguir viviendo.

Santiago de Chile 7 de enero de 1995.-

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