El Voto Amigo: Es el voto que le regala el ciudadano al político porque es amigo del político,

El Voto Castigo: Es el voto que regala el ciudadano al político opuesto, porque hay que votar al contrario de otro.

El Voto Espasmo Cívico: Es el voto que le regala el ciudadano desprevenido al político inducido por el espasmo cívico. Ver Espasmo Cívico.

El Voto Favor: Es el voto que le regala el ciudadano al político por haberle hecho un favor.

El Voto Indeciso: Fue considerado durante mucho tiempo el voto negativo, pero se ha transformado, ante la apabullante carga de voto negativo de la sociedad argentina en el voto de aquellos que aún siguen confiando en una transformación institucional desde las mismas bases corrompidas políticas, judiciales e institucionales nacionales, provinciales y municipales.

El Voto Living: Es el voto que el ciudadano le regala al político producido por una intensa, meditada y sesuda observación de la T.V.

El Voto Nostalgia: Es el voto que el ciudadano regala al político: porque sus abuelos ya votaban al mismo político o al mismo partido.

El Voto Obediencia Debida: Es el voto que regala el ciudadano al político diciendo: porque hay que votar.

El Voto Quintita: Es el voto que le regala el ciudadano al político para "cuidar su propia quintita" sin darse cuenta que por la otra tranquera le roban la fruta, la verdura, las legumbres y hortalizas y hasta la ropa andrajosa que tiene colgada.

El Voto TeCreo: Es el voto que el ciudadano le regala al político después de haber escuchado las realidades que los pensantes, escuchadores y conocedores crédulos de los políticos producen de una democracia que solo el político les dibuja pero que nada tiene que ver con la realidad concreta y veraz que vive la población en general.

El Voto Trabajo: Es el voto que regala el ciudadano al político a cambio de haberle dado un trabajo en la función pública, o de haberle hecho hacer un "negocio".

El Voto Zafar: Es el voto que le regala el ciudadano al político porque acumula la esperanza de conseguir trabajo, ganarse favores o de hacerse amigo del político a quien le regala su voto.

Y tantas otras denominaciones que califican al voto como simple, burdo y absolutamente descalificable para asumir una responsabilidad cívica de tamaña envergadura, ya que con él no solo se habilita al político a realizar las barbaridades que le vengan en gana, sino que fundamentalmente se ataca a toda la sociedad y el mundo de necesidades que tiene, y que muchas veces solo puede encontrar solución desde el área pública, y se permite el crecimiento de todo tipo de delincuencia y malformación socio-institucional.

Desde la Fundación pensé "cómo contrarrestar esta sinrazón" y la única salida válida, para mantenernos dentro del orden institucional fue "pelear con sus misma armas" y así surgió tratar de reflotar, de validar y de darle presencia cierta y real al Voto Negativo, como efectiva y maravillosamente hicimos con los sorprendentes resultados que hemos obtenido. Voto Negativo es la sumatoria de los votos: nulo, impugnado, recurrido, en blanco y ausente, que se contraponen al voto positivo que habilita la corrupción política instaurada en los partidos políticos y que ha tomado las instituciones públicas deformándolas de sus funciones genuinas y originales. Ya sin ningún tipo de proselitismo "político" con la enorme mayoría del aparato público en contra, contra el silencio obligado de nuestro perfil oculto, y a pesar de todo ello y mucho más los votos negativos son el 33% del electorado nacional. El resto es "voto basura" e indeciso, que seguramente presentada nuestra propuesta a nivel nacional va a revertir su intención y volcarse masivamente al 33% de definición cierta y absoluta para recuperar el último y más importante de los votos que nos consoliden como el primer país y el primer pueblo que decidió transformar su sistema de gobierno en algo real, sólido y evidentemente superior: una Democracia de Participación Directa.

Este voto es El Voto Directo, y se llama así al voto que produce el ciudadano a través del sistema de Buz Co Un Ci (buzón para la convocatoria unánime ciudadana) y que el permite sin representaciones ni manejos electorales de ningún tipo elegir a sus representantes directamente y/o decidir respecto a cuestiones de su propia y particular incumbencia.